Es duro el recorrido del ser humano por la última etapa de la vida, la ancianidad. Preocupado por los ancianos, don Gregorio Marañón decía que es necesario saber ser viejos, que ese era el gran deber y la gran virtud de los ancianos. Sí, es necesario aprender a vivir con alegría y sin complejos la nueva y última etapa, siendo conscientes de que en efecto es la última. Si yo hubiera sido psiquíatra y algún mayor hubiera venido a mi consulta porque se sintiera inútil, desplazado o estorbo le hubiera puesto ejemplos del cariño, el respeto y la veneración que han ofrecido siempre a sus viejos los pueblos más avanzados de casi todas las civilizaciones en todas las épocas. Y les hubiera dado también como píldoras reconstituyentes algunos de los refranes que hablan de experiencia, de prudencia de sabiduría, de ejemplo...
RECUERDA:
Quien más vive más sabe
En consejos, oye a los viejos
Canas y armas ganan batallas
Buey viejo lleva el surco derecho
Al músico viejo le queda el compás
Ni moza sin espejo ni viejo sin consejo
La experiencia es la madre de la ciencia
Mayor honra se debe al que más edad tiene
El mejor maestro es el tiempo y la mejor maestra la experiencia
Viejo que con moza casó o vive cabrito o muere cabrón