miércoles, 11 de mayo de 2016

Apostillas al refranero. Enemigo en casa


            Una de las leyendas brujeriles más extendidas por el Alto Aragón es aquella en que la bruja hace mal a la familia de que secretamente forma parte, aprovechando que por ausencia puede actuar con total impunidad. Como dicen por allá que la bruja tiene un poder especial en Nochebuena, aprovechaba que los dueños de la casa se iban a la Misa de Gallo para cometer sus fechorías, sobre todo si no habían dejado la ruda convenientemente distribuida por las diferentes dependencias. Los hechos suceden siempre en una de las familias más prósperas del lugar: Todos se van a misa de medianoche bien cenados y adecuadamente bebidos y cuando vuelven después de la celebración se encuentran con que el animal más valioso de la cuadra ha muerto inexplicablemente a causa de unos pequeños arañazos que tiene en el cuello detrás de la oreja. En una de las aldeas, después que la desgracia recayera en la misma casa rica dos años consecutivos, como dudaran el tercer año en dejar la casa sola, el hijo mayor del dueño decidió que la familia se fuera a misa como solía y  mientras, él se quedaría vigilando. Cuando hubieron partido, el joven se introdujo con fósforos, un candil y una tranca adecuada en la cuadra y se sentó en un pesebre. Pasó el tiempo y, a pesar de todos los esfuerzos, se quedó dormido. Despertó sobresaltado porque las caballerías, muy inquietas, pateaban el suelo. Encendió un fósforo en el rascador, prendió el candil y advirtió que en el cuello del mulo más lúcido, un gato negro bufaba, mostrando enfurecido y amenazador su aguzada dentadura felina. Sin pensarlo, el zagal soltó una lluvia de estacazos contra el gato, que huyó emitiendo maullidos lastimeros, como alma que lleva Pateta. Cuando volvieron de la misa, cantando villancicos, el mozo contó lo sucedido y comprobaron que ninguna de las caballerías había recibido daño. Por la mañana, la madre entró en la habitación de la abuela para llevarle el desayuno y se la encontró gimoteante, patiquebrada y llena de magulladuras.

 

RECUERDA:

El ojo del amo engorda al caballo
El ojo del señor es el pienso mejor
El mejor pienso es el ojo del dueño
Tienda y atienda quien tiene tienda
Quien tiene tienda  atienda y la atienda
El ojo del amo es estiércol para la heredad
El pie del amo es estiércol para la heredad
Hacienda, que tu amo te atienda y si no que te venda
Quien tiene hacienda que la atienda para que no se pierda

 No hay peor mal que el enemigo en casa