Parece
ser que la moda del bigote como elemento de adorno del rostro masculino,
independiente del resto de la barba fue moda un tantico tardía en los reinos
cristianos peninsulares, de modo que apenas se estilaba aún a finales del siglo
XV. Como casi siempre a lo largo de la historia, copiamos la moda a los
franceses, pero la palabra bigote no es de origen francés, sino germano.
Por lo que sé, procede de la frase bî Got (¡ay Dios!), juramento
empleado con gran frecuencia en zonas germánicas. En los altares del brazo
corto de la cruz del crucero de la hermosísima y sorprendente iglesia del
Monasterio de san Jerónimo de Granada, sufragada por la duquesa de Sesa para que
sirviera como lugar de descanso al cuerpo de su esposo, Gonzalo Fernández de Córdoba,
se observan cuatro soldados altos, fornidos, vigorosos, cuyos cuerpos se hallan
cubiertos por sendas armaduras y que velan las armas del Gran Capitán.
Sorprende que los cuatro muestren sobre el labio superior bigotes abundosos,
enormes que se extienden casi hasta la zona de patillas. Son lansquenetes,
famosos mercenarios de infantería de origen alemán que sirvieron en los siglos
XVI y XVII en diversos ejércitos europeos y que formaron parte de las tropas
del noble español sobre todo en sus campañas italianas, reputados por su valentía,
fuerza, destreza, afición al alcohol, al pillaje y a la insubordinación, cuyo
juramento bî Got, casi constante en sus labios los definió entre las
gentes como los bigot, término que pasó a designar también aquello que
en ellos llamaba más la atención: el bigote. Siempre había pensado yo
que la denominación de la excrecencia pilosa, como mostazo primero y
después como mostacho, tomada del italiano mostaccio por los
españoles, había sido anterior a la de bigote, mas la elaboración de
esta apostilla me ha llevado a descubrir que me hallaba en un error, pues bigote
se documenta hacia 1475, en tanto mostazo no lo hace hasta 1570, y mostacho
hasta 1591. Nunca te acostarás sin saber una cosa más.
RECUERDA:
Séase extremeño, y siquiera un leño
Al asturiano, vino puro y lanza en mano
En Baeza tanto valen los pies como la cabeza
En Torrijos, cría hijos; en Maqueda, tenla queda
Si de Jaca Dios se escapa, más rico soy que el papa
En Moguer sacaron el Cristo a palos porque no quería llover
Todo lo tiene bueno la toledana, todo lo tiene bueno si no es la cara
Pan de Almendralejo, mozas de los Santos y la borrica de Fuente Cantos
Altea la bella: mar sin pescado, monte sin leña, hombres sin
conciencia, mujeres sin vergüenza