sábado, 14 de octubre de 2017

Apostillas al refranero. Universidades americanas


         Ha sido tantísima la dejadez de los españoles en los aspectos administrativos… que así nos va hoy en día en todas las administraciones…; y sin embargo, en América, los denostados españoles fundaron más de ciento veinte centros de educación superior de los que hasta mediados del siglo XIX habían salido allá por ciento cincuenta mil licenciados de los más diversos colores, castas y mezclas. Los portugueses, en cambio, no abrieron centros universitarios en sus dominios, y los holandeses lo harían a finales de los años treinta del siglo XX. Respecto a otros países punteros, habría que sumar todas las universidades creadas en la expansión colonial de los siglos XIX y XX por belgas, alemanes, franceses, ingleses, italianos y británicos para aproximarse al número de universidades hispanoamericanas creadas en los siglos XVI y XVII. El estudio científico de lenguas distintas a las europeas o las bíblicas comenzó en la América hispana. En cuanto se crearon universidades en los territorios españoles surgieron cátedras de lenguas indígenas, lo que no sucedería ni aun en los EE.UU. hasta el siglo XX. Felipe II ordenó en Real Cédula de 1580 la creación de esas cátedras. Los jesuitas tenían prohibido en América hacer profesión solemne si no conocían alguna de las lenguas indígenas de la región. El intercambio de ideas entre los centros universitarios europeos y los de la América hispana era constante así como el comercio de libros. Son también numerosos los testimonios que revelan que la vida universitaria de los centros de ultramar no difería mucho de los de Europa. Trescientos años de Administración española allende los mares, sin que se dieran grandes conflictos, sin que se produjeran importantes convulsiones sociales, en que la convivencia entre razas tan dispares fuera pacífica, incluso armónica y que existiera una evidente prosperidad, dicen mucho en favor de la labor llevada a cabo por los centros de educación.

RECUERDA:
Pensar no es saber
Al loco y al aire, darles calle
Principio bueno, la mitad hecho
No hay tal saber como bien querer
Más vale rato acucioso que día perezoso
Más ayuda la mañana que prima o hermana
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

Perdiendo el tiempo, ni se gana fama ni se logra dinero

domingo, 8 de octubre de 2017

Apostillas al refranero. Médicos y hospitales


         Hemos sido tan mezquinos los españoles…; y, sin embargo ya los Reyes Católicos modificaron y modernizaron el Tribunal Real Promedicato y lo transformaron en un tribunal universitario que examinaba a físicos, cirujanos, boticarios y herbolarios a fin de que pudieran conseguir la licencia que les permitiría ejercer su profesión, sometidos a riguroso control jurídico. Los nuevos hospitales creados por estos monarcas como el de Santiago de Compostela o el de Santa Cruz, en Toledo, responden a un modelo de atención sanitaria muy superior al de los hospitales europeos de la época. El primer hospital construido en América lo abre Nicolás de Ovando en La Española, como se llamaba entonces, es decir, Santo Domingo, siguiendo las instrucciones de Isabel y Fernando, para que en él se acogiera y curara a toda la población, tanto europea como autóctona. En un periodo de quince años, el propio Ovando creó tres hospitales más en la misma isla. Entre 1500 y 1550 se levantarían en las Indias allá por 25 hospitales grandes, de magnífica factura, que cumplirían con su razón de ser durante siglos. En 1551, Felipe II dota una cátedra de Medicina en la Universidad de México, y en 1563 no solo se exigió a los médicos el título universitario, sino dos años de prácticas antes de poder ejercer. El mismo rey aprobaría en 1570 que los médicos formados en América no tuvieran que venir a examinarse a España. En el reinado de Felipe III llegó a exigirse a los cirujanos cinco años de prácticas, tres de ellos, en hospitales. En 1635, se abrió la cátedra de Lima y un año después la de Bogotá. Quiero recordar a los malpensados ya sean de turno ya de oficio que la primera cátedra de medicina en  territorios ingleses de Norteamérica no se abriría hasta 1765. Caso sorprendente es el de la ciudad de Lima, que llegó a tener más hospitales que iglesias y a disponer de una cama hospitalaria por cada 101 habitantes. El éxito (la mayoría de los hospitales prestó excelente servicio durante siglos) se debió al magnífico nivel médico de los profesionales, a los eficaces sistemas de financiación propio de cada hospital y, como queda dicho, a la fenomenal estructura de los edificios.


RECUERDA:

Paséate y orina y tendrás vida
Señal mortal es no querer sanar
No es de ahora el mal que no mejora
El sano al doliente so regla lo somete
Salud días y ollas componen las cosas
Gran parte de la salud es conocer la enfermedad
Ni con cada mal al cirujano, ni con cada pleito al letrado ni con cada sed al jarro

 Salud es al enfermo la cara del médico