Ha
sido tantísima la dejadez de los españoles en los aspectos administrativos… que
así nos va hoy en día en todas las administraciones…; y sin embargo, en
América, los denostados españoles fundaron más de ciento veinte centros de
educación superior de los que hasta mediados del siglo XIX habían salido allá
por ciento cincuenta mil licenciados de los más diversos colores, castas y
mezclas. Los portugueses, en cambio, no abrieron centros universitarios en sus
dominios, y los holandeses lo harían a finales de los años treinta del siglo
XX. Respecto a otros países punteros, habría que sumar todas las universidades
creadas en la expansión colonial de los siglos XIX y XX por belgas, alemanes,
franceses, ingleses, italianos y británicos para aproximarse al número de
universidades hispanoamericanas creadas en los siglos XVI y XVII. El estudio
científico de lenguas distintas a las europeas o las bíblicas comenzó en la América
hispana. En cuanto se crearon universidades en los territorios españoles
surgieron cátedras de lenguas indígenas, lo que no sucedería ni aun en los
EE.UU. hasta el siglo XX. Felipe II ordenó en Real Cédula de 1580 la creación
de esas cátedras. Los jesuitas tenían prohibido en América hacer profesión
solemne si no conocían alguna de las lenguas indígenas de la región. El
intercambio de ideas entre los centros universitarios europeos y los de la América
hispana era constante así como el comercio de libros. Son también numerosos
los testimonios que revelan que la vida universitaria de los centros de
ultramar no difería mucho de los de Europa. Trescientos años de Administración
española allende los mares, sin que se dieran grandes conflictos, sin que se
produjeran importantes convulsiones sociales, en que la convivencia entre razas
tan dispares fuera pacífica, incluso armónica y que existiera una evidente
prosperidad, dicen mucho en favor de la labor llevada a cabo por los centros de
educación.
RECUERDA:
Pensar no es saber
Al loco y al aire, darles calle
Principio bueno, la mitad hecho
No hay tal saber como bien querer
Más vale rato acucioso que día perezoso
Más ayuda la mañana que prima o hermana
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
Perdiendo el tiempo, ni se gana fama ni se logra dinero