Antes de publicar esta apostilla, me lo
he pensado mucho, pues aunque su protagonista fuera, como convendréis sin duda
conmigo, persona bienhumorada, jocunda, divertida y jacarera, impone respeto
intentar transmitir su ironía cuando bromea con su propia muerte incluso
después de fallecido. Os explico: El ilustre Señor don Enrique Aldaz Riera, notario
y escritor, falleció (copio en cursiva su esquela) el día 22 de
marzo de 2017 a los setenta y dos años de edad. D. E. P. Como he sugerido arriba, debía ser un hombre feliz,
jovial, marchoso, incluso un tantico frívolo y desde luego sin temor alguno a
la parca, lo que implica también optimismo, satisfacción y conciencia limpia.
Pues bien, al bromista, regocijado y juguetón don Enrique no debió ocurrírsele
mejor broma que elaborar su propia esquela, a falta de algún dato (supongo) que
habrían de completar (supongo) sus hijos o algún deudo o amigo alegre y
desinhibido como él. Y sigo con la copia de su esquela: Rogad a Dios en caridad
por el alma de Don Enrique Aldaz Riera que suplica perdón a sus deudos y amigos
por haber tenido el atrevimiento de morirse sin su permiso. No lo hará más. Sus
afligidos: fundamentalmente él mismo, si pudiera; hijos, Enrique y Helena;
hermanos, sobrinos y demás parientes que suplican
una oración por su alma. Era voluntad del difunto ser incinerado y que sus
cenizas fuesen esparcidas en el mismo monte en que lo fueron las de su madre,
pero, si por razón de la grave crisis que afecta al país, supusiese un excesivo
gasto de energía, que le tiren al Llobregat. Os aseguro que llevo tres
meses de risitas cada vez que me toca cambiar de sitio la esquela de este
regocijado humorista y releo los términos en que ha sido escrita, mientras
espera (más bien esperaba) la decisión que ya he tomado. Descanse en paz, y muchas gracias, don Enrique.
RECUERDA:
Alegría ten y vivirás bien
El gozo comunicado crece
Siembra y cría, y habrás alegría
Canta la rana, y no tiene pelo ni lana
La alegría dura poco en casa del pobre
Planta, siembra y cría, y vivirás con
alegría
Placer y alegría, tan pronto ida como
venida