sábado, 11 de febrero de 2017

Apostillas al refranero. Bostezos


            Observado en frío, el bostezo consiste en una apertura de la boca con un movimiento espasmódico seguido de una inspiración de aire amplia, lenta, profunda y prolongada, con la boca extraordinariamente abierta, que produce una dilatación de la laringe, cuyo diámetro se ve aumentado hasta cuatro veces el tamaño normal; continúa con breve interrupción de los flujos ventiladores, una vez se ha llenado el tórax de aire; sigue un descenso del cartílago tiroideo, conocido también como nuez o bocado de Adán, y del hueso hioides, para terminar con la apertura de las trompas de Eustaquio, hecho que provoca descenso de la audición, entrada de aire en el estómago, y estiramiento placentero de las extremidades y de los músculos faciales. Suele asociarse el bostezo al aburrimiento, al hambre, al sueño… Lo cierto es que las causas pueden ser muy variadas. Además de las tres citadas, influyen también el cansancio, los cambios de temperatura, el mayor flujo de oxígeno a los pulmones, la relajación de la tensión y, según los refranes, como podrá advertirse de modo inmediato, el contagio, pues no hay cosas tan pegadizas y pegajosas como los bostezos, los dimes y los diretes.

RECUERDA:
No quiero perro con cencerro
Boca española no se abre sola
Boca española no bosteza sola
Quien dice lo suyo mal callará lo ajeno
Oye sus defectos quien no calla los ajenos
O es devoto o es loco quien consigo habla solo
El hombre que habla solo o es gran rezador o está tolo
Va la palabra de boca en boca como el pajarillo de hoja en hoja
Va el bostezo de boca en boca como el pajarillo de hoja en hoja

 Sabiduría probada es tener la lengua refrenada