sábado, 29 de julio de 2017

Apostillas al refranero. Sánchez Paraíso


         Me entero por la prensa del fallecimiento de José Luis Sánchez Paraíso, y la noticia, penosa, me trae recuerdos del curso 64-65 en Salamanca. Era ya en ese año director del Colegio Mayor de San Bartolomé el catedrático de la Facultad de Medicina don Julio Rodríguez Martínez, quien allá por el curso 73-74, habiendo sido nombrado Ministro de Educación, se haría famoso por intentar establecer el calendario escolar denominado Juliano, según el cual los cursos escolares habrían de iniciarse en enero, con el año, y no en octubre. Pero no corramos tanto y volvamos a Salamanca al curso 64-65. Don Julio Rodríguez quería que los estudiantes del Bartolo hiciéramos deporte y ejercicio en lugar de amuermarnos físicamente, así que contrató a don Carlos Gil, creador e impulsor de la Escuela de Velocidad Salmantina, para que dos días a la semana nos baqueteara el cuerpo de manera adecuada. Quizá el señor Gil no dispusiera de demasiado tiempo, de modo que en ocasiones, alguno de sus alumnos lo sustituía. Y así fue como conocí personalmente al entonces campeón de España en velocidad: José Luis Sánchez Paraíso. Cuando él nos dirigía era exigente y no permitía escaqueos. Una vez que nos había zurrado la badana adecuadamente y estábamos a punto de caramelo, colocaba el potro, el caballo y el plinto uno tras otro para saltarlos en el escaso espacio de que disponíamos. El primer día que lo hizo, estábamos acojngustiaditos. Nos reconvino primero, nos explicó lo sencillo que sería hacer tres saltos seguidos aprovechando la inercia del empuje, nos animó a intentarlo y, sin darnos cuenta, nos mentalizó de tal modo que lo que antes nos parecía imposible resultó posible al primer intento. José Luis fue internacional en 72 ocasiones, participó en dos Juegos Olímpicos, en tres Campeonatos de Europa al aire libre, en otros tres en pista cubierta, en cuatro Juegos del Mediterráneo, amén de haber sido campeón de España en 100 y 200 metros lisos en doce ocasiones. ¡Honor y Gloria!

RECUERDA:

Pan y agua de Salamanca
Principio quieren las cosas
La cara es el espejo del alma
Obra empezada, medio acabada
Venga el bien y venga por doquier
A Dios rogando y con el mazo dando
A la mala costumbre, quebrarle la pierna
El cuerdo nunca está satisfecho de lo hecho

Entre san Pedro y san Juan, las yerbas olores dan

domingo, 23 de julio de 2017

Apostillas al refranero. An-alfa-bet-o-s


         Me quejaba yo hace unas apostillas (lo expreso así porque como publico una por semana, las apostillas me dan el cómputo del paso del tiempo) de la invasión de anglicismos que nos atosiga, cuando en la sección Cartas al Director de un periódico de tirada nacional, me encuentro con una de don Enrique Fernández de Córdoba, doctor en Ingeniería, lector impenitente, autor de doce libros, conocedor, se precia, de unos sesenta países, quien con cierta sorna se queja de la publicación de ciertos artículos periodísticos que le suenan a chino, ya que, aunque aparentemente han sido escritos en español, se hallan salpimentados con expresiones extranjeras cuyo contenido no entiende ni a la de tres. Y toma como ejemplo uno cuyo autor narra una visita a Nueva York, megalópolis en que encuentra  un ambiente hipster, halla niños con bata de Darth Vader y unos trekkies muy enfadados. Además, el periodista se toma unas Brooklin Lager que él supone deben ser cervezas de algún tipo especial. Un tantico avergonzado por no poder asimilar totalmente el contenido del artículo periodístico, a causa de tales expresiones, ruega a los columnistas escriban con claridad con sus propias palabras y no con citas tomadas de autores ajenos, por muy sublimes que hayan sido considerados los escritores a que pertenecen las citas, y que lo hagan en español, con giros y frases autóctonas, a fin de que él no tenga que quedar ante sí mismo como un despreciable analfabestia. En fin…, veo que no soy yo solo el único molesto por encontrarme con el inglés hasta en la sopa.

RECUERDA:

No es todo el sayal alforjas
No es tan bravo el león como lo pintan
Si la vista no me agrada, no me aconsejes nada
Vuela alto la vanagloria y cae al suelo y echa escoria
No es villano el de la villa, sino el que hace la villanía
Las mozas por bien parecer y las viejas por no aborrecer

 El buen calamar, en todos los mares sabe nadar