sábado, 12 de agosto de 2017

Apostillas al refranero. La Invencible...


         No sé si habrá algún español maduro que no haya oído hablar de la Armada Invencible de Felipe II y que no conozca los hechos históricos bajo el prisma de la propaganda inglesa que se ha impuesto en todo el mundo e incluso en la propia España, cuyos puntos clave son: A) Felipe II se proponía dominar el mundo y someterlo a su tiranía, por lo que decidió invadir las islas británicas. Lo que pretendió fue vengar la muerte de María Estuardo, deponer a Isabel I, a petición de un número muy elevado de la población que veía peligrar su vida y sus bienes a causa de la intransigencia de los criterios anglicanos establecidos por la reina. B) Felipe II reunió una flota de 130 buques cuyo mando hubo de confiar a Alonso de Guzmán, duque de Medinasidonia, por el fallecimiento de Álvaro de Bazán, con una dotación de más de veinte mil hombres. Debía recoger en el Canal de la Mancha el ejército de Alejandro Farnesio, cosa que no pudo llevarse a cabo, con lo que la expedición perdía toda razón de ser, así que don Alonso intentará regresar, y lo hace bordeando las costas occidentales de las islas. C) La propaganda británica divulga la infamia de la incompetencia y la cobardía de los marinos españoles. A partir del 31 de julio, y los primeros días de agosto, se combate de modo casi constante. Documentos y cuadernos de bitácora manifiestan que la disciplina española no se relaja, que no hay rupturas en su formación y que combaten con denuedo. En esos combates tienen nuestras tropas 167 muertos y 400 heridos. Según los estudios de contabilidad de la Armada, se perdieron alrededor de treinta barcos. Buques de combate solamente dos cayeron en manos inglesas: el San Salvador y el Nuestra Señora del Rosario. D) Historiadores ingleses consideraron que fue una batalla decisiva que marcó el declive de España y catapultó a Inglaterra como potencia naval. Algo inexacto, pues Felipe II renovó la Marina española; entre 1588 y 1603, España no cedió ni un solo territorio de ultramar a los ingleses, en tanto ellos hubieron de aplazar la colonización de Virginia; y en las mismas fechas llegaron más barcos de América a España que en ningún otro periodo.

 
RECUERDA:

 Tras tormenta, gran bonanza
A tu patria y a tu rey, tenles ley
El que algo quiere, algo le cuesta
La sangre se hereda y el vicio se pega
Los males entran por arrobas y salen por adarmes
Ventaja manifiesta es tener las piedras y la cuesta
El peligro que no se teme es el que más pronto viene
 
Aunque malicia oscurezca la verdad, no la puede apagar

domingo, 6 de agosto de 2017

Apostillas al refranero. Hijas de la Revolución


         Existe en EE.UU. una asociación de mujeres fundada en 1890 por descendientes de quienes lucharon por la independencia de las colonias, que tiene hoy en día allá por ciento ochenta y cinco mil miembros, conocida como Daughters of the American Revolution (DAR), Hijas de la Revolución Americana, cuyo objetivo es promover el patriotismo, la educación y el conocimiento histórico de la contribución a la independencia de las colonias americanas. La ayuda española había sido sistemáticamente ocultada para que diera la impresión de que toda ayuda europea había llegado exclusivamente de Francia. Investigaciones, sin embargo, como las de Javier Marichal y documentos hallados por las DAR han demostrado que ya en 1780 en una real cédula del 17 de agosto, el rey español Carlos III requería a todos sus vasallos libres de América a que contribuyeran por una vez y en calidad de donativo a sostener los gastos de la guerra contra Gran Bretaña: un peso los nativos y dos pesos los españoles. Aunque el donativo fuera voluntario, un buen vasallo, por su lealtad, debía sentirse obligado. Pues bien, los ciudadanos de Nueva España (Nuevo México, Arizona, Flordia, Texas) entregaron al entonces virrey entre 1781 y 1784,  843474 pesos, a los que habría que añadir el millón seiscientos y pico mil de los comerciantes acaudalados en 1781, y los dos millones aportados por el Tribunal de Minas y el medio millón largo del Monopolio de Tabaco, cantidades con que se costearon las exitosas campañas de Bernardo de Gálvez para recuperar Florida y consolidar el dominio de Louisiana, y que sirvieron también para pagar a las tropas francesas que lucharon junto a George Washington en Yorktown y a la flota del almirante De Grasse en el bloqueo de la salida al mar del marqués de Cornwallis.

RECUERDA:

Lo prometido es deuda
Quien no fía no es de fiar
Ruego de rey, mandato es
Ruego y derecho hacen el hecho
Por tu ley, por tu rey y por tu honor
No es más grande el que más abulta
El que fía o promete, en deuda se mete
Ruego de grande, fuerza es que te hace

 No ha de faltar rey que nos mande ni papa que nos excomulgue