¿Recordáis
que la Esfinge era un monstruo alado con cuerpo de león, sentado sobre los
cuartos traseros, enviada por una divinidad a la tierra para vengarse de los
tebanos? El monstruo se estableció en las inmediaciones de Tebas, proponía a
los viajeros que transitaban por los caminos de la ciudad griega enigmas y
devoraba a quienes no eran capaces de resolverlos. Un oráculo vaticinó que la
Esfinge moriría cuando alguien acertara a resolver alguno de los enigmas. Edipo
adivinó uno referido a cierto animal que en la infancia andaba a cuatro patas,
en la juventud a dos y en la vejez a tres. La Esfinge, en efecto, se arrojó a
un acantilado y murió. Edipo, en premio, fue proclamado rey de Tebas y desposó
a Yocasta, que lo había engendrado. En fin, un dramón digno de telenovela de
sobremesa.
Todo
esto viene a cuento de que en ocasiones los refranes me recuerdan los enigmas.
Y si no, explicadme:
RECUERDA:
Hoy casamiento
y mañana cansamiento
La primera mujer, escoba; la segunda, señora
Muestra a tu marido el copo, pero poco a poco
En casa de Gonzalo, manda más la gallina que el gallo
Soltero, pavón; desposado, león; casado, buey cansado
La primera mujer es matrimonio, la segunda compañía, la tercera bellaquería
La primera mujer, escoba; la segunda, señora
Muestra a tu marido el copo, pero poco a poco
En casa de Gonzalo, manda más la gallina que el gallo
Soltero, pavón; desposado, león; casado, buey cansado
La primera mujer es matrimonio, la segunda compañía, la tercera bellaquería
Veinte con sesenta, o sepultura o cornamenta