sábado, 18 de enero de 2014
Poemas
Estaciones
Cantaba el jilguero...
Blanca sonreía
la flor del almendro.
¡Explosión de luz!
Rompía la ola
en el marco azul.
Capote en el cielo:
lloraba el otoñoNo puedo
el paso del tiempo.
La luna de enero
alumbra un sudario
de nieve y de hielo.
Tu mano
Va y viene...
Tu mano va y viene
ligera, presurosa.
Tu mano no se detiene.
En contacto blando
descubre las formas;
en alada caricia
adivina las cosas.
Va y viene tu mano,
inquisitiva, nerviosa,
ojo con el que miras
desde el pozo de tus sombras.
No puedo
Rumor de olas oíste
Brisa marina aspiraste.
Luz y color añoraste...
Por mano ajena escribiste:
"Háblame del mar, marinero"
No puedo hablarte del mar,
aunque lo pides, abuelo.
Te hablaré de berrocales,
cascajares y barbechos,
parameras, encinares,
eriales y robledos;
cárcavas, nidos matojos,
llanuras ocres, oteros,
pinos, chopos, palomares
y caminos polvorientos.
No puedo hablarte del mar:
Soy hombre de tierra adentro.
Te diré de campanarios,
valles, sotos, vegas huertos,
ríos, arroyos, riberas,
sementeras y viñedos;
cigoñales, pozos, norias,
zarcos montes a lo lejos,
bodegas, silos, paneras
y castillos en los tesos.
No puedo hablarte del mar;
del mar hablarte no puedo...
Conocer y respetar
Hace
unos días apareció en la Prensa un comunicado de la agencia EFE, cuyo contenido
leí a mis alumnos, que sonrieron ampliamente y, en algún caso, hasta se
carcajearon. No pensaba yo que lo que les leía fuera motivo de hilaridad, y decidí
componer un texto de examen, tomando como base el comunicado. Decía el texto así:
"Desde hace cinco años, los médicos del Servicio de Urgencias del Hospital General de Granollers recogen en una libreta los ejemplos de incultura lingüístico-sanitaria de sus pacientes o de los familiares de estos.
Cuando se habla tanto del superior nivel de cultura existente hoy en la sociedad española, cuando se presume del elevado número de Títulos expedidos por las Universidades, cabría pensar en que realmente poseemos un altísimo nivel cultural y, en consecuencia, lingüístico, y se supondrían erradicados usos como los que se citan.
Hay quien es capaz de confundir un fluorescente con un efervescente: 'Le hemos dado una aspirina fluorescente', afirmó una madre que llevó al Servicio de Urgencias a su hijita. Quejoso y desazonado, un paciente dijo al médico: 'Doctor, tengo un anzuelo en este ojo?.
Una mujer que acompañaba a su padre, ya de edad avanzada, manifestó compungida: 'Mi padre tose mucho y saca flamas de la garganta'. 'Mi hijo tiene un gallo en la garganta', afirmó otra madre al ingresar a su niño. La cosa no era grave. El médico comprobó que se trataba de una simple irritación y le recetó un jarabe antitusígeno.
A veces, los casos se complican. Cuando unos padres aseguran que al chiquillo 'no se le quitan los moquitos con el suero filosófico' los filósofos deberían pensar en dedicarse a regir el pensamiento del mundo, que es de por sí tarea ardua, y dejar el quitar las mucosidades al suero fisiológico. Si, al rememorar los antecedentes de enfermedades familiares, un paciente dice a la enfermera que 'toda la familia está mal de la Basílica Balear', la enfermera se cuidará mucho en adelante de acercarse a templo alguno y concluirá la conveniencia de pasar sus vacaciones en las Canarias, por si en las Baleares hubiera alguan epidemia que afectara a la vesícula biliar".
Hasta aquí el texto del examen. Los
ejemplos de uso inadecuado de la lengua podrían, no obstante, seguir. Y
llegarían casos verdaderamente ininteligibles: ‘El ombligo le supera’, aún se entiende por el contexto y la
situación; pero ya me dirán qué se le entrega a alguien que va a recoger ‘el escaño’, en vez del resultado del
escáner, o qué es lo que le han extirpado al señor que afirma que ‘lo operaron de un roqueféler’. No sé si la hidropesía de la túnica serosa del
testículo habrá sido un padecimiento del adinerado industrial norteamericano o
se tratará de un caso de un caso especial adquirido por el político de la misma
nacionalidad y de idéntico nombre en sus visitas a Oriente Medio. Lo que se me
escapa ya del todo y presta, además, alas a mi imaginación, es la confianza de
la señora que asegura no poder quedar embarazada porque su marido y ella
practican el método anticonceptivo ‘córpore
insepulto’.
Pedía yo en la pregunta final de ese
examen una redacción en la que se hablara de la formación lingüística de
nuestra sociedad. La mayor parte de los alumnos examinados atribuía las
deficiencias en el uso del idioma a ancianos, a personas sin estudios y a
gentes de clases sociales bajas, lo que no fue obstáculo para que ellos, gentes
con estudios, escribieron lindezas como ‘herrata’, ‘subenciones’, ‘portugesas’,
‘hunen’, ‘consegir’ y ‘mantubo fracmentado’.
Discrepo de esa apreciación. La falta
de formación lingüística es evidente y se advierte no solo en estratos sociales
bajos o personas de escasa cultura: Cuando nuestros jóvenes se incorporan a un
Centro de Enseñanza Media, han cursado ocho años de EGB. Como no quiero hablar
de lo ajeno, sino de lo propio, los dejaré estudiar dos años más en un
Instituto. Al comenzar tercero, a las puertas de la obtención del Título de
Bachillerato, son al menos diez (!) los años de estudio. Cabría esperar que su
formación fuera la adecuada para tantos años en todas las materias. Y sin
embargo... A veces pido a los alumnos lean en voz alta los textos que vamos a
comentar. Casos ha habido (hablo de este mismo curso 92-93) en que no han sido
capaces de leer dos palabras seguidas. Conseguir la síntesis de un texto ha
sido, en ocasiones, tarea ímproba. En algún grupo, el 30% de los alumnos se
expresa de modo tan deficiente que elaboran párrafos ininteligibles. El 70%
tiene deficiencias ortográficas graves. El nivel cultural es paupérrimo. En la
sección Perlas cultivadas de la
revista del Centro he ofrecido muestras numerosas. Solamente dos más, muy
breves: “Cadalso divide a España en dos: en el pasado y en el presente. En el
primero nos dice cuando los reyes Carlos I, Felipe II, III, IV y Carlos V
invaden Numancia”. “Según Cadalso en las
Cartas Marruecas... los murcianos son una mezcla de andaluces y valencianos.
Los valencianos son solubles y estudiosos de las ciencias positivas. Luis
Vives”. ¡Caramba! Desde el año 1974 en que llegué a Valencia, he tenido tiempo
de darme cuenta que los valencianos suelen ser dulces, amables, acogedores,
pero nunca los he visto disolverse cual terrón de azúcar desleído en el café...
Lo que dice Cadalso es que son volubles, versátiles, que es algo distinto. ¡Y
eso, en tercero, habiendo cursado ya dos años en el Centro! ¡No echemos la
culpa a nadie ajeno!
¡Pobres chicos! ¿Cómo vamos a
exigirles tanto, si en un periódico valenciano, en titulares de 30 cm2 se lee.
“El yerno del alcalde de Museros es culpable de la excisión de los
socialistas”. Un periodista es un titulado universitario formado en alguna
Facultad de Ciencias de la Información (¡toma nombre pomposo!). En un periódico
es fácil y disculpable que se cometan erratas, pero para evitarlas están los
correctores que en modo alguno deben dejarlas escapar y menos en titulares. Y
hay ocasiones en que ya no son erratas, son vapuleo del idioma, como cuando uno
halla en los diarios transehúntes y expléndidos.
El zarandeo es general. Lo flagelan
quienes confunden el significado de términos distintos. Hoy en día se escribe
mucho sobre la ‘honestidad’ de los
políticos, cuando se refieren, en realidad, a la ‘honradez’. La honestidad es
el decoro, la decencia, el recato, la compostura; la honradez, sin embargo, es
el proceder recto. El político debería ser honesto, pero ha de ser siempre
honrado. Lo mismo sucede con ‘episódico’
y ‘esporádico’, ‘absentismo’ y ‘abstención’,
‘petrolífero’ y ‘petrolero’...
Lo fustigan quienes alargan
innecesariamente las palabras: ‘La pugna política se ha centralizado en torno a la corrupción’ (por centrado). Claro que
mis alumnos de COU a veces ‘sustantivizan’ y ‘adjetivizan’ en lugar de
sustantivar y adjetivar.
Lo baquetean quienes usan el léxico de
modo peregrino: ‘Restan cuarenta días
para las elecciones’; ‘a José M. Aznar le han
restado una descomunal hernia”; ‘se ha hecho público el veredicto del juez’, cuando quien emite
el veredicto es el jurado; el juez solo emite la sentencia.
Lo zurran quienes fuerzan su sintaxis:
Una de las fuentes más copiosas en este aspecto es el empleo del gerundio.
Cuando en COU estudiábamos su uso correcto algunos de vosotros, escépticos,
pensasteis que yo exageraba. Durante tres semanas, día a día, os ofrecí
recortes de periódicos con gerundios mal empleados, y me pedisteis tregua.
Locutores y presentadores se dejan
llevar por los vicios lingüísticos de personas entrevistadas, de modo que esos
vicios se transforman en modelo de amplios sectores de la sociedad. Desde que
oí decir a Díaz Miguel que la Selección ‘podía
ganar de quince puntos’, ese uso de la preposición ‘de’ ha corrido como
reguero de pólvora. En mi época joven jugábamos preferentemente al fútbol, y no
porque yo sea bajito, sino porque no había ‘canchas de baloncesto’, y ganábamos
o perdíamos los partidos no ‘de’, sino ‘por’. ¡Qué gracia me haría tener que
decir que Zulle ganó la cronoescalada de
treinta segundos sobre Rominger!
Con aquello de la entrada de España en
el Mercado Común, una revista que se tildaba de científica pretendió
introducirse como “texto de apoyo” de nuestro Seminario. Zarandeaba la
ortografía y la morfología de modo lamentable: La forma interrogativa ’por qué’
aparecía escrita siempre ‘porqué’: ‘y
porqué se ha realizado’. Por otra
parte, en un mismo artículo usaba cinco veces el infinitivo empleado como
imperativo: ‘Dirigiros por escrito’,
‘poneros en con tacto’ (sic.), ‘informaros en un banco’. ¿Sabéis cuál
fue el destino de la tal revista? Pues os equivocáis, porque la guardé para
poder elaborar esta parte de mi artículo.
Piquemos más alto. No nos vamos a
ocupar de los cuñaos que han violao y
han acabao cansaos, en tanto no se nos transformen en maríos que ataquen al querío
de la consorte. Tampoco nos preocuparemos de que se pronuncie Insálud,
y sea todo un señor ministro de Sanidad, entre otros, quien lo diga.
Ni de que otro señor, ministro de Educación confundiera ordinales con
partitivos y sacara aquello del ‘doceavo
lugar’. Más me preocupa que una señora diputada, profesora de Lengua y Literatura
españolas, emplee la fórmula ‘jóvenes y
jóvenas’ ante determinados auditorios. Quizá no caiga en la cuenta (aunque me
parece más bien una fórmula retroprogre) de que en español existen adjetivos en
los que se ha producido neutralización genérica y presentan una sola forma que
sirve tanto para el masculino como para el femenino y que esto es así aun
cuando se sustantive y se utilicen como sustantivos en un determinado contexto. Si, a imitación
del Manual de Estilo del Lenguaje Administrativo, nos empeñamos en crear formas
distintas para el masculino y el femenino, habría que reinventar no solo las
femeninas sino también las masculinas y así tendríamos masculino, femenino y
variopinto: jóveno, jóvena y joven; felizo, feliza y feliz; invisiblo,
imbisibla e imbisible; imbécilo, imbécila e imbécil. ¡Pues eso!
Y me preocupa también la terminología
pseudocientífica, a veces casi indescifrable de las normas de los nuevos cursos
y los proyectos de los nuevos planes de estudio. Lo curricular, lo vehicular,
la contextualización, la coordinación internivelar, la secuenciación, la
culturización, cuesta, pero pueden llegar a entenderse; llamar al recreo
‘segmento de ocio’ me parece una pendejada; pero, ¿qué significa eso de la ‘adquisición de aprendizajes’? ¿Cómo se
puede adquirir un aprendizaje?
Y basta por hoy. En el Preámbulo de la
vigésima primera edición del Diccionario de la Real Academia, se dice que el
español es la lengua de más de trescientos millones de personas. Ella es
nuestro patrimonio pensante, comunicativo y expresivo. Como escribe Camilo José
Cela, “los españoles e hispanoamericanos somos dueños y usuarios de una de las
cuatro lenguas del próximo futuro”. Y duele que siendo una de las más hermosas,
una de las de mayor cultura, una de las más eficaces, la cuidemos tan poco sus
usuarios. Marginar, restringir o dar de lado su aprendizaje; lesionar nuestro
idioma de modo reiterado y gratuito con una nefasta utilización, como muchos
hacemos hoy en día, solo conduce al empobrecimiento individual y colectivo.
Perlas cultivadas
En
la Revista del Jordi, dábamos el nombre de “perlas cultivadas” a disparates,
exageraciones, incongruencias que nuestros alumnos cometían en sus exámenes o
en intervenciones en clase. Algunas de ellas no tienen desperdicio:
1. “Porque Alfonso X se enfadó
porque había muchas faltas de ortografía y no sabían escribir, y entonces fundó
la real academia española.”
2. “El texto tiene que ser del
siglo XIV, aun estando escrito en cuaderna vía, puesto que el género de este
texto es lírico, además el tema del libro estará algo satirizado o de tema
amoroso porque el autor dice que debe entenderse correctamente lo que él dice y
no ser malinterpretado y eso quiere decir que el libro no será ni religioso ni
cortesano que son los temas principales del siglo XIII. Es de la escuela del
Barroco porque es el movimiento del siglo en que está escrito”.
3. “Este texto del Libro del Buen
Amor pertenece al siglo XVIII, es decir, a la baja edad media y podemos verlo
porque se basaba en los griegos y clásicos”.
4. “Creo que hay más hipérboles al
del texto ya que el no muy importantes pero que en la mayoría de los casos se
da y es que el sujeto siempre está detrás del verbo”.
5. “El anonimato en los escritores
de la Edad Media se debe a que los escritores escribían con el seudónimo de
“Anónimo”.
6. “Uno de los mejores amigos de
Fray Luis de León fue Pedro Salinas,
a quien también dedicó una oda”.
7. “Este texto, al ser de Jorge
Manrique es de la Edad Media y tiene una grafías diferentes que luego más tarde
con Alfonso X el Sabio cambiarán”.
8. En la Edad Media hubo una
invasión por parte de los Barbaros y España quedó dividida en dos partes: una
musulmana y otra parte cristiana. Se introdujo dos dialectos, el oc y el oil.
En España en la Baja Edad Media se hablaba en latín, pero no el latín culto
sino que se hablaba el latín vulgar. En esta época se darían los primeros
dialectos como el Euskera, el catalán, el vasco, entre otros”.
9. “Este texto es de una obra
narrativa escrita en la Edad Media, la obra es “Platero y yo” donde Platero es
un burrito que va siempre con un chico que es el “yo” del título de la obra, y
los dos recorren sitios, lugares y pasan aventuras. Esta obra está escrita por
Juan Ramón Jiménez, uno de los mejores escritores de la Edad Media.
10. “En el clima continental los
inviernos son suaves, ya que el termómetro marca a menudo los cero grados (ni
frío ni calor)”.
domingo, 12 de enero de 2014
Loa de la adivinanza
“¡Oh, la extraña poesía de las
cosas vulgares!”,
exclamaba don Pío Baroja en uno de los remansos líricos de su novela Paradox Rey. Sí, ¡oh, la olvidada, la despreciada,
la sorprendente poesía de las cosas vulgares! Vulgares no porque carezcan de
importancia o fundamento; vulgares por espontáneas, por comunes, por generales;
vulgares por hallarse arraigadas en la más sustanciosa enjundia popular.
¡Lástima que muchas de ellas, maltratadas, estén a punto de perderse a causa de
la indiferencia.
Quiero recordar ahora un campo fecundísimo: el de
las adivinanzas. Otrora fuente de inspiración, de autores dramáticos, de
novelistas, de poetas, han sido relegadas al rincón del olvido.
Campo
obligado de memorización hace cien años, sólo unos pocos recopiladores y estudiosos
se interesan hoy por ellas.
Tendemos cada vez más claramente a lo
experimental, a lo técnico, a lo especializado. El mundo de la máquina se
apodera de nosotros y despreciamos el ser en cuanto ser. Engolfamos los ratos
de ocio en la televisión y nos invade la pereza mental. Nuestra escala de
valores se basa en lo útil. En cuanto la adivinanza se centra especialmente en
el ser, en cuanto su desentrañamiento exige una buena dosis de esfuerzo, en
cuanto la consideramos intranscendente porque no parece conducir a nada útil,
la hemos desterrado de nuestros predios.
Y
sin embargo, la adivinanza constituye un reto al ingenio que nos lleva a la
contemplación del mundo desde ángulos desacostumbrados, y al desarrollo de una
saludable gimnasia mental. En ocasiones son portadoras de una carga de quilates
poéticos que en nada tienen que envidiar a excelsos poemas líricos. Tal sucede
con el ritmo vivo, ágil, saltarín, provocado por una combinación perfecta de
apoyaturas acentuales, verbos de acción y asíndeton:
Subo, bajo, voy y vengo,
salto, corro sin parar;
quien me quiere pega fuerte,
quien me pega no hace mal. (1)
O el paralelismo final en:
O el paralelismo final en:
Esta dama es tan potente,
que sin piernas y sin alas
crece, vuela y atraviesa
ríos mares y montañas. (2)
O el efecto intensivo y la sugerencia de cantidad crecida que
produce la anáfora de la forma ‘cuánto’ en:
Cuánto galán caballero,
cuántas damas y castillos,
cuántos monarcas guerreros,
en fieras luchas he visto. (3)
¿Y qué decir del clima de misterio que nace del contraste del blanco y el negro en una adivinanza del más puro estilo nominal?
Campo blanco,
flores negras,
un arado,
cinco yeguas. (4)
Los aires del Romancero parece que se respiren en este romancillo:
Viene el caballero
muy aseñorado;
tiene doce damas
para su regalo:
todas van en coche,
todas tienen cuartos,
todas usan medias,
pero no zapatos. (5)
El exotismo en el espacio y en el tiempo es palpable en:
Por las barandas del cielo
se pasea una doncella
vestida de azul y blanco
y reluce como estrella. (6)
¿A qué poeta os recuerda esta cuarteta?
Para ir a Roma, romero,
lo que importa es caminar;
si me sigues, compañero,
a Roma te acercarás. (7)
También el mundo árido y frío de las matemáticas se encuentra en el punto de vista del adivinancero:
A la izquierda, nadie me quiere
a la derecha, ¡quién me viere!
De un lado ni entro ni salgo,
mas del otro, ¡cuánto valgo! (8)
Los enunciados pueden complicarse y, aunque en verso, ¿quién los resuelve?
Un gavilán iba cazando
muchas palomas volando.
--¿Cuántas son?
--Las que vamos,
otras tantas de las que vamos,
la mitad de las que vamos,
la cuarta parte que vamos
y usted, señor gavilán
hacen un ciento cabal. (9)
Podemos llegar a problemas aparentemente abstrusos:
Madre e hija van a misa,
cada una con su hija;
ven un peral con seis peras.
¿Tocarán a cuántas peras? (10)
El boticario y su hija,
el médico y su mujer,
se comieron nueve huevos
y les tocaron a tres.
¿Cómo pudo ser? (11)
O de despiste:
Iba yo a San Ceferino
y me crucé en el camino
con un padre y siete hijos;
cada hijo siete sacos,
cada saco siete patos;
¿cuántos a San Ceferino? (12)
Quizá el nuevo Bachillerato hayamos de estudiarlo a base de adivinanzas, ¡quién sabe! El Seminario de Geografía e Historia podría preguntar en un examen:
El rey Alí
va con su can
a tomar te.
¿Adónde fue? (13)
El de Lengua Española haría preguntas sencillitas:
Con la cama de un navío
y la casa de un centinela
se hace el nombre de una flor
sin que le falte una letra. (14)
Geografía e Historia y Lengua podrían llevar a cabo exámenes combinados de Geografía, Historia, Lengua e Historia de la Lengua:
La vi en Santiago y en Vigo,
en Gibraltar y en Granada,
pero si le quito el río,
no estará en Guadalajara. (15)
Ciencias Naturales, asignatura siempre coco, proporcionaría exámenes insuperables:
Cien murciélagos
y un gorrión,
¿cuántos picos
y patas son? (16)
¿Cuál es el animal
que es doblemente animal? (17)
En las Pruebas de Acceso a la Universidad, los exámenes se enunciarían así:
No me busques en la paja,
aunque siempre esté en el trigo;
me verás en cada fiesta,
y siempre estoy entre amigos.
Con los infantes y reinas
siempre, siempre me verás;
y búscame en la mentira,
pero nunca en la verdad. (18)
Y también:
¿Qué oficina puede ser
la que tiene puertas dos,
que en todos la puso Dios,
porque ayuda a disponer
lo que da la vida a vos? (19)
¡Para todo sirve la adivinanza! Todo cabe en su mundo, desde el juego sedentario y el juego de acción...
¿Cuál es la varia cuadrilla
blanca y negra de pecheros,
de cuatro caballos sin silla,
reyes, damas, caballeros,
sin reino, ciudad ni villa? (20)
Cuánto galán caballero,
cuántas damas y castillos,
cuántos monarcas guerreros,
en fieras luchas he visto. (3)
¿Y qué decir del clima de misterio que nace del contraste del blanco y el negro en una adivinanza del más puro estilo nominal?
Campo blanco,
flores negras,
un arado,
cinco yeguas. (4)
Los aires del Romancero parece que se respiren en este romancillo:
Viene el caballero
muy aseñorado;
tiene doce damas
para su regalo:
todas van en coche,
todas tienen cuartos,
todas usan medias,
pero no zapatos. (5)
El exotismo en el espacio y en el tiempo es palpable en:
Por las barandas del cielo
se pasea una doncella
vestida de azul y blanco
y reluce como estrella. (6)
¿A qué poeta os recuerda esta cuarteta?
Para ir a Roma, romero,
lo que importa es caminar;
si me sigues, compañero,
a Roma te acercarás. (7)
También el mundo árido y frío de las matemáticas se encuentra en el punto de vista del adivinancero:
A la izquierda, nadie me quiere
a la derecha, ¡quién me viere!
De un lado ni entro ni salgo,
mas del otro, ¡cuánto valgo! (8)
Los enunciados pueden complicarse y, aunque en verso, ¿quién los resuelve?
Un gavilán iba cazando
muchas palomas volando.
--¿Cuántas son?
--Las que vamos,
otras tantas de las que vamos,
la mitad de las que vamos,
la cuarta parte que vamos
y usted, señor gavilán
hacen un ciento cabal. (9)
Podemos llegar a problemas aparentemente abstrusos:
Madre e hija van a misa,
cada una con su hija;
ven un peral con seis peras.
¿Tocarán a cuántas peras? (10)
El boticario y su hija,
el médico y su mujer,
se comieron nueve huevos
y les tocaron a tres.
¿Cómo pudo ser? (11)
O de despiste:
Iba yo a San Ceferino
y me crucé en el camino
con un padre y siete hijos;
cada hijo siete sacos,
cada saco siete patos;
¿cuántos a San Ceferino? (12)
Quizá el nuevo Bachillerato hayamos de estudiarlo a base de adivinanzas, ¡quién sabe! El Seminario de Geografía e Historia podría preguntar en un examen:
El rey Alí
va con su can
a tomar te.
¿Adónde fue? (13)
El de Lengua Española haría preguntas sencillitas:
Con la cama de un navío
y la casa de un centinela
se hace el nombre de una flor
sin que le falte una letra. (14)
Geografía e Historia y Lengua podrían llevar a cabo exámenes combinados de Geografía, Historia, Lengua e Historia de la Lengua:
La vi en Santiago y en Vigo,
en Gibraltar y en Granada,
pero si le quito el río,
no estará en Guadalajara. (15)
Ciencias Naturales, asignatura siempre coco, proporcionaría exámenes insuperables:
Cien murciélagos
y un gorrión,
¿cuántos picos
y patas son? (16)
¿Cuál es el animal
que es doblemente animal? (17)
En las Pruebas de Acceso a la Universidad, los exámenes se enunciarían así:
No me busques en la paja,
aunque siempre esté en el trigo;
me verás en cada fiesta,
y siempre estoy entre amigos.
Con los infantes y reinas
siempre, siempre me verás;
y búscame en la mentira,
pero nunca en la verdad. (18)
Y también:
¿Qué oficina puede ser
la que tiene puertas dos,
que en todos la puso Dios,
porque ayuda a disponer
lo que da la vida a vos? (19)
¡Para todo sirve la adivinanza! Todo cabe en su mundo, desde el juego sedentario y el juego de acción...
¿Cuál es la varia cuadrilla
blanca y negra de pecheros,
de cuatro caballos sin silla,
reyes, damas, caballeros,
sin reino, ciudad ni villa? (20)
En la mesa me han servido,
por la mitad me han cortado,
todos me han manoseado,
pero nadie me ha comido. (21)
Listos corren,
uno pita,
dos detienen,
muchos gritan. (22)
...y la parodia de Espronceda...
Con cinco torres por bando,
ágiles como gacelas,
se quiere meter un globo
por entre dos arandelas. (23)
...hasta graves problemas éticos, legales y morales:
--Ahí vienen nuestros padres,
esposos de nuestras madres.
--Y padres de nuestros hijos
y de los propios esposos. (24)
Y, como era de esperar, no podía faltar la pícara socarronería popular española. A veces muy acorde con la escatología quevedesca:
Con la punta hinca,
con el culo aprieta
y con lo que cuelga
tapará la grieta. (25)
Otras veces, con el esperpento valleinclanesco:
Brazos con brazos,
panza con panza,
rascando en medio
se hace la danza. (26)
Y en ocasiones, con el regocijante humor de Tono y La Codorniz:
El novio lo ofrece a la novia,
el marido lo da a la mujer,
muy largo Zumalacárregui lo tiene,
Marx lo llevaba muy corto
y en el Papa, ni se ve. (27)
Oh la sorprendente poesía, la extensa sabiduría, la inocente picardía de las cosas vulgares.
...y la parodia de Espronceda...
Con cinco torres por bando,
ágiles como gacelas,
se quiere meter un globo
por entre dos arandelas. (23)
...hasta graves problemas éticos, legales y morales:
--Ahí vienen nuestros padres,
esposos de nuestras madres.
--Y padres de nuestros hijos
y de los propios esposos. (24)
Y, como era de esperar, no podía faltar la pícara socarronería popular española. A veces muy acorde con la escatología quevedesca:
Con la punta hinca,
con el culo aprieta
y con lo que cuelga
tapará la grieta. (25)
Otras veces, con el esperpento valleinclanesco:
Brazos con brazos,
panza con panza,
rascando en medio
se hace la danza. (26)
Y en ocasiones, con el regocijante humor de Tono y La Codorniz:
El novio lo ofrece a la novia,
el marido lo da a la mujer,
muy largo Zumalacárregui lo tiene,
Marx lo llevaba muy corto
y en el Papa, ni se ve. (27)
Oh la sorprendente poesía, la extensa sabiduría, la inocente picardía de las cosas vulgares.
Juan José
La Revista del Jordi, 1992
1. La pelota. 2 La voz.
3 El ajedrez. 4. El papel, la escritura, la tinta, la pluma. 5. El reloj y las
horas. 6. La luna. 7. El camino. 8. El cero. 9. 36. 10. Madre, hija y nieta. A
dos. 11. Era hija y mujer. 12. Yo solo. 13. Alicante. 14. La margarita. 15. La
letra g. 16. Un pico; ninguna “pata”. 17. El gato, porque es gato y “araña”.
18. La letra i. 19. El estómago. 20. Ajedrez. 21. La baraja. 22. El fútbol. 23.
El baloncesto. 24. Los consuegros. 25. La aguja y el hilo. 26. La guitarra. 27.
El apellido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)