Cuando
un profano como yo en economía, historia, o arquitectura valenciana visita el
edificio de la Lonja de la Seda y el Consulado del Mar, conoce los datos de la
construcción y se informa de la historia de Valencia en la época, extrae una
serie de conclusiones. Desde el punto de vista económico, el Consejo General de
la Ciudad debió contar con dinero a espuerta, dadas las expropiaciones que
hubieron de hacerse y el poco tiempo que tardaron en construir el sorprendente
y magnífico edificio civil. Desde el punto de vista arquitectónico es una
hermosísima construcción gótica dividida en tres cuerpos: la Sala de Contratación,
el torreón y el Consulado del Mar, este ya con numerosos elementos
renacentistas. La bellísima Sala de Contratación está sostenida por ocho
esbeltas columnas centrales de más de 17 metros de altura, que despliegan quince
bóvedas de crucería que se apoyan en otras dieciséis columnas empotradas en los
muros laterales. Al torreón central se asciende por una escalera de caracol
cuyos peldaños se sujetan en el muro exterior, así que da la sensación de
carecer de eje central. Tiene tres pisos: el primero fue utilizado como capilla
y los superiores como cárcel de los mercaderes que se declaraban
fraudulentamente en quiebra. Desde el Patio de los Naranjos se accede al
Consulado del Mar, en cuya planta primera se reunía el Tribunal de Comercio. Y
desde el punto de vista histórico, el traslado de la corte de Alfonso el Magnánimo
a Valencia; la floración de poetas y novelistas, con figuras como Jordi de Sant
Jordi, Ausiàs March, Joan Roís de Corella, Joanot Martorell, Jaume Roig; el depósito
de obras pictóricas en palacios y conventos; el desarrollo urbanístico; el crecimiento
demográfico; el auge de la industria marítima, convierten a la ciudad en
un emporio envidia de todo el Mediterráneo.
Dinero llama a dinero
El dinero todo lo puede
Dádivas quebrantan peñas
El dinero hace bailar al perro
Si quieres tener dinero, ahorra
Vase el dinero como el mozo a pasas
Dineros hayas que saber no es menester
El dinero es como los ratones, en oyendo ruido se esconde
Un asno cargado de oro parece mejor que caballo enjaezado
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