domingo, 5 de marzo de 2017

Apostillas al refranero. Lansquenetes


         Parece ser que la moda del bigote como elemento de adorno del rostro masculino, independiente del resto de la barba fue moda un tantico tardía en los reinos cristianos peninsulares, de modo que apenas se estilaba aún a finales del siglo XV. Como casi siempre a lo largo de la historia, copiamos la moda a los franceses, pero la palabra bigote no es de origen francés, sino germano. Por lo que sé, procede de la frase bî Got (¡ay Dios!), juramento empleado con gran frecuencia en zonas germánicas. En los altares del brazo corto de la cruz del crucero de la hermosísima y sorprendente iglesia del Monasterio de san Jerónimo de Granada, sufragada por la duquesa de Sesa para que sirviera como lugar de descanso al cuerpo de su esposo, Gonzalo Fernández de Córdoba, se observan cuatro soldados altos, fornidos, vigorosos, cuyos cuerpos se hallan cubiertos por sendas armaduras y que velan las armas del Gran Capitán. Sorprende que los cuatro muestren sobre el labio superior bigotes abundosos, enormes que se extienden casi hasta la zona de patillas. Son lansquenetes, famosos mercenarios de infantería de origen alemán que sirvieron en los siglos XVI y XVII en diversos ejércitos europeos y que formaron parte de las tropas del noble español sobre todo en sus campañas italianas, reputados por su valentía, fuerza, destreza, afición al alcohol, al pillaje y a la insubordinación, cuyo juramento bî Got, casi constante en sus labios los definió entre las gentes como los bigot, término que pasó a designar también aquello que en ellos llamaba más la atención: el bigote. Siempre había pensado yo que la denominación de la excrecencia pilosa, como mostazo primero y después como mostacho, tomada del italiano mostaccio por los españoles, había sido anterior a la de bigote, mas la elaboración de esta apostilla me ha llevado a descubrir que me hallaba en un error, pues bigote se documenta hacia 1475, en tanto mostazo no lo hace hasta 1570, y mostacho hasta 1591. Nunca te acostarás sin saber una cosa más.

RECUERDA:

Séase extremeño, y siquiera un leño
Al asturiano, vino puro y lanza en mano
En Baeza tanto valen los pies como la cabeza
En Torrijos, cría hijos; en Maqueda, tenla queda
Si de Jaca Dios se escapa, más rico soy que el papa
En Moguer sacaron el Cristo a palos porque no quería llover
Todo lo tiene bueno la toledana, todo lo tiene bueno si no es la cara
Pan de Almendralejo, mozas de los Santos y la borrica de Fuente Cantos
Altea la bella: mar sin pescado, monte sin leña, hombres sin conciencia, mujeres sin vergüenza

 En Toledo no te cases, compañero, que te darán mujer parida o preñada

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