Hemos
sido tan mezquinos los españoles…; y, sin embargo ya los Reyes Católicos
modificaron y modernizaron el Tribunal
Real Promedicato y lo transformaron en un tribunal universitario que
examinaba a físicos, cirujanos, boticarios y herbolarios a fin de que pudieran
conseguir la licencia que les permitiría ejercer su profesión, sometidos a
riguroso control jurídico. Los nuevos hospitales creados por estos monarcas
como el de Santiago de Compostela o el de Santa Cruz, en Toledo, responden a un
modelo de atención sanitaria muy superior al de los hospitales europeos de la
época. El primer hospital construido en América lo abre Nicolás de Ovando en La
Española, como se llamaba entonces, es decir, Santo Domingo, siguiendo las instrucciones de Isabel y Fernando, para
que en él se acogiera y curara a toda la población, tanto europea como autóctona.
En un periodo de quince años, el propio Ovando creó tres hospitales más en la
misma isla. Entre 1500 y 1550 se levantarían en las Indias allá por 25 hospitales grandes, de magnífica factura, que
cumplirían con su razón de ser durante siglos. En 1551, Felipe II dota una cátedra
de Medicina en la Universidad de México, y en 1563 no solo se exigió a los médicos
el título universitario, sino dos años de prácticas antes de poder ejercer. El
mismo rey aprobaría en 1570 que los médicos formados en América no tuvieran que
venir a examinarse a España. En el reinado de Felipe III llegó a exigirse a los
cirujanos cinco años de prácticas, tres de ellos, en hospitales. En 1635, se
abrió la cátedra de Lima y un año después la de Bogotá. Quiero recordar a los
malpensados ya sean de turno ya de oficio que la primera cátedra de medicina
en territorios ingleses de Norteamérica
no se abriría hasta 1765. Caso sorprendente es el de la ciudad de Lima, que
llegó a tener más hospitales que iglesias y a disponer de una cama hospitalaria
por cada 101 habitantes. El éxito (la mayoría de los hospitales prestó excelente
servicio durante siglos) se debió al magnífico nivel médico de los profesionales,
a los eficaces sistemas de financiación propio de cada hospital y, como queda
dicho, a la fenomenal estructura de los edificios.
RECUERDA:
Paséate y orina y tendrás vida
Señal mortal es no querer sanar
No es de ahora el mal que no mejora
El sano al doliente so regla lo somete
Salud días y ollas componen las cosas
Gran parte de la salud es conocer la enfermedad
Ni con cada mal al cirujano, ni con cada pleito al letrado ni con
cada sed al jarro
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