Según una de las variantes de la mitología griega, Adonis nació de la unión incestuosa de Ciniras, rey de Chipre, con su hija Mirra, a la que Afrodita, la Venus griega, infundió esos amores. Perseguida por el padre, pidió auxilio a los dioses, que la transformaron en árbol. Al cabo de diez meses, un jabalí rasgó la corteza del árbol y del interior salió un niño bellísimo, Adonis. Prendada de él Afrodita, lo entregó a Perséfone para que lo criara; mas también esta diosa se enamoró de la criatura y no lo quería devolver a Afrodita. Hubo de intervenir Zeus, quien determinó que Adonis permaneciera un tercio del año con Perséfone, otro tercio con Afrotita y el tercero con quien él deseara. Resultó así que pasaba un tercio con Perséfone (parte del otoño, y el invierno) y dos con Afrodita (a partir de la primavera).
La pasión de Afrodita por Adonis despertó unos celos enfermizos en su antiguo amante, Ares, quien decidió vengarse. Ayudado por el dios Apolo, cuyo hijo Erimanto había sido cegado por Afrodita por haberla visto desnuda bañándose en compañía de Adonis, envió contra este un terrible jabalí que lo hirió mortalmente en la ingle. De la sangre derramada por el joven nacieron las anémonas, primeras flores del año; y la que derramó Afrodita, herida en la mano al acudir a ayudarlo, sirvió para teñir las rosas que hasta entonces habían sido blancas en rojas.
RECUERDA:
RECUERDA:
Quien bien te quiere tarde olvida
Más fuerte era Sansón y lo venció el amor
El amor, de la madre, que lo demás es aire
Pajarico que escucha el reclamo escucha su daño
Aunque la garza vuela muy alta, el halcón la mata
Mucho corre la liebre, pero más el galgo que la prende
Mal se esconde el fuego en el seno y el amor en el pecho
Amor de monja, fuego de estopa y zumo de culo, todo es uno
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