sábado, 7 de junio de 2014

La placa conmemorativa

     Me asusta un poco la fama de serio que me han atribuido. Sí, en ocasiones me acontecen situaciones un tantico peregrinas.  La que refiero tuvo lugar unos días después de la denuncia que la Policía Municipal hizo a doña Esperanza Aguirre por aparcar indebidamente y por el rifirrafe posterior tan aireado a bombo y platillo por los Medios de Comunicación. Hallándonos en Madrid en el mes de abril mi mujer y yo, decidimos un día visitar a mi hermano. Quedamos en encontrarnos en la plaza de Tirso de Molina, donde nos dejaría el autobús. Pues que hacía un día primaveral magnífico, decidimos dar un paseo largo y sin prisas: Calle Toledo, Plaza Mayor, Sol, Arenal, Palacio Real, Plaza de España... Cansado de que ellos dos charlaran y charlaran sin apenas dejarme meter baza, al entrar en la Gran Vía les dije:
     --¿Sabéis que en Callao han puesto una placa de bronce para recordar la denuncia de Esperanza Aguirre?
     Me miraron los dos con cara de asombro.
     --¡Ya? --preguntó admirado mi hermano, un tanto sorprendido.
     --¿Lo has visto en la prensa? --dijo mi mujer.
     --No, lo he oído en la radio. --respondí.
   Subimos despacio hacia la Plaza de Callao, mientras ellos se enzarzaban de nuevo en sus conversaciones. Yo me distraía con los carteles de los teatros, los escaparates, el hormigueo constante de personas generalmente aceleradas y me sentía molesto con el ruido del tráfico. Llegados a la plaza, la verdad es que me había olvidado ya de doña Esperanza y de la placa. Me detuve un momento a leer un cartel. Mis acompañantes se detuvieron, retrocedieron y se acercaron al lugar en que yo leía e, intrigados, preguntaron a dúo:
     --¿Dónde está la placa?
     No pude por menos de estallar en sonora carcajada, mientras los dos me daban repelones, y se carcajeaban también.
     En fin... 
  

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