lunes, 10 de noviembre de 2014

Apostillas al refranero. Cortesía

            En La rendición de Breda, Velázquez celebra la entrega de la ciudad por parte del gobernador de la plaza, Justino Nassau, al capitán general de las tropas españolas en el Palatinado, el genovés Ambrosio de Spínola, duque de Sesto y marqués de los Balbases, rendición firmada el 2 de junio y acaecida el 5 del mismo mes. La obra ha sido dividida horizontalmente en dos zonas cromáticas, la superior pintada en colores fríos y sin figuras animadas; la inferior con tonos más cálidos, ocres y marrones, está llena de figuras animadas, sobre todo hombres que curiosamente miran y están más pendientes de un posible espectador que los estuviera contemplando que de la entrega del símbolo de la victoria para unos y de la derrota para los otros. En el centro vertical de esta segunda zona, Ambrosio de Spínola recibe sin muestra alguna de soberbia a Justino de Nassau. El general genovés lo trata afablemente, con la mayor cortesía. Destocado, con el sombrero en la mano izquierda, el cuerpo inclinado hacia el vencido, muestra una actitud humilde y amistosa que es reforzada por el brazo derecho apoyado en el omóplato del oponente, como en un inicio de abrazo; el rostro sonriente y afectuoso está más atento a las cuitas de Nassau que a la llave que le ofrece. Toda una lección de cortesía y cordialidad, digna de ser imitada.
 
RECUERDA:
 
Sé cortés con quien lo es
Respetos guardan respetos
No engañes a quien de ti se fía
Al agradecido, más de lo pedido
Hazme la barba y te haré el copete
A quien te da el alón, ofrécele la pierna y el jamón
Gracias y buen trato valen mucho y cuestan barato
La reverencia hasta el suelo y el repelón hasta el cielo
Aprende a agradecer la honra a quien te la hace y dona
 
 Lo cortés no quita lo valiente


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