Cuando Miguel de Cervantes vuelve a España tras su cautiverio en Argel,
advierte que se le ha pasado el tiempo de hacer carrera militar, así que se ve
obligado a aceptar cargos de escaso
relieve y poco beneficio económico. Al mismo tiempo, escribe, da a conocer y
malvende sus primeras obras. Le dan por La
Galatea 1386 reales y por cuatro comedias, estrenadas con relativo éxito,
veinte ducados la pieza. A sus treinta y siete años, casa con Catalina Salazar
y Palacios, de diez y nueve, natural de Esquivias, que aporta una dote
sustanciosa de 182287 maravedís. Como los ingresos por las letras no son
suficientes para cubrir necesidades,
obtiene el cargo de comisario para abastecer de trigo la armada que se prepara
para atacar a Inglaterra. Es la etapa más triste de su vida: tiene que adquirir
fiada la tela de su ropa; por irregularidades de un subordinado en el acopio de
trigo es procesado, aunque se le permite seguir en el empleo gracias a
fiadores; quiebra la banca en que tenía depositado el dinero de Hacienda y es
encarcelado en Sevilla. Buscando medios, se traslada a Valladolid, a la sazón,
capital de España. Publica El Ingenioso
Hidalgo, y poco después se ve enredado en otro proceso: A la puerta de la
casa donde vive con sus hermanas Andrea y Magdalena y su hija Isabel, habida
con Ana Franca de Rojas, aparece acuchillado el caballero Gaspar de Ezpeleta
que se supone tenía amores con alguna de las mujeres de la casa. Detenidos
todos en principio, al no encontrarse cargos concretos son puestos en libertad.
Cuando la corte se traslada a Madrid, Cervantes lo hace también y se dedicará de
lleno a la literatura, para honra de nuestras letras.
RECUERDA:
La pobreza hace
maestros
La necesidad carece
de ley
La pobreza aviva
los ingenios
El hambre despierta
el ingenio
La necesidad tiene
cara de hereje
Las mejores maestras,
necesidad y pobreza
Gran maestra es
la pobreza, pero empuja a hacer vileza
La pobreza tiene
cara de mala mujer: puta, ladrona, alcahueta y rahez
No hay comentarios:
Publicar un comentario