lunes, 16 de mayo de 2016

Apostillas al refranero. Fantasmas y frailes


            Existe en la Alta Ribagorza un lugarejo, Urmella, que alberga una iglesia del románico lombardo del siglo XI, priorato benedictino, la cual fue denominada ‘la Piedra Preciosa’ por su belleza. Adosada a ella existe una casa que hoy pertenece a particulares, pero que formó parte de la iglesia en la antigüedad. Aún ofrece la casa dos alcobas de bóveda que dan a una gran sala de la que las separan solo unos cortinones, pues carecen de puertas. Con ocasión de las fiestas del pueblo, los dueños alojaron en ellas en los años cincuenta del siglo pasado a una amiga de la familia y a su cuñada a quienes se las asignaron por carecer ya de otros aposentos libres. El primer día, llegado el momento del descanso, las dos se fueron a sus alcobas. Estuvieron un rato de charla para comentar las incidencias del día y después cada una se acostó, en la alcoba que les habían asignado, donde se durmieron casi de inmediato. Avanzada la noche, las despertó el sonido de una campanilla. Se levantaron sobresaltadas y, desde los cortinones atisbaron la sala donde vieron desplazarse la figura de un monje vestido con su hábito blanco, la cabeza cubierta por su capucha, que decía constantemente en parla ribagorzana: Soc el prió. Al cabo de un rato lo vieron desaparecer por una zona del muro donde no había puerta alguna. Preocupadas, decidieron acostarse las dos en la misma cama. Cuando por la mañana refirieron la anécdota, los dueños se quedaron de nieve; no obstante alguien aludió a la leyenda del último prior, fallecido siglos antes con fama de llevar una vida díscola y disoluta, poco digna del monacato. Sugirió colocar una mesa redonda con pata central única que se abriera después en tres patas que tocaran el suelo. En el centro de la mesa, pondrían un plato con judías. Cuando se levantaron por la mañana al día siguiente, advirtieron que del cuenco habían extraído veintiséis judías y las habían colocado sobre la mesa, bien alineadas. Interpretaron que el fantasma del prior pedía se dijeran por él veintiséis misas. Las encargaron y desde entonces el fantasma no volvió a aparecer.

 RECUERDA:

Bajo la miel está la hiel
Tras la cruz está el diablo
Fraile convidado echa el paso largo
Fraile que pide por Dios pide para dos
Fraile que fue soldado sale más acertado
Clérigo, fraile o judío no tengas por amigo
Fraile que pide pan toma carne si se la dan
Fraile que regla guarda toma de todos y no da nada
El clérigo y el fraile, al que necesitan llaman compadre

 De amigo reconciliado y de fraile colorado guárdate con cuidado

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