martes, 27 de septiembre de 2016

Apostillas al refranero. Vocación


            Desde niño me inculcaron con la palabra y con el ejemplo el respeto a los mayores, el amor a los semejantes y el desapego al dinero. En la Universidad entendí y decidí lo que deseaba que mi vida fuera: educar, formar y preparar a los jóvenes que buscaban acceder a los estudios universitarios, entregándoles lo mejor que en mí había. Cuando cumplía con la obligación del servicio militar, un día, en los tediosos de la canícula en un campamento militar en El Ferral, en León, en una clase teórica, un teniente jovencito sostuvo que ni él ni ningún militar, lo mismo que profesor alguno llegarían jamás a ser ricos, entendiendo la palabra en el sentido crematístico; sin embargo, poseerían la satisfacción de haber entregado lo mejor de sí a quienes con ellos se hubieran formado. Me agradaba aquella persona por su comprensión hacia los reclutas y por lo consecuente que era en su actuación respecto a sus ideas; mas a partir de ese día sentí admiración por él, y, aunque no he vuelto a saber nada de su vida y ni siquiera recuerde su nombre, lo he sentido siempre muy cercano pues sus ideas corroboraban las mías. Y, supongo que, como yo, se entregaría de lleno a su tarea. Y, por tanto, pienso que, como yo, tampoco él se ha preocupado jamás de aspectos materiales más que los necesarios para satisfacer las necesidades familiares; que nunca ha evadido capitales en paraísos fiscales del Caribe, ni en Bermudas, ni en Caimán ni en las Vírgenes, ni en Panamá, ni en la Dominica o en Granada; ni siquiera en Mónaco, Lienchtenstein o Gibraltar; y mucho menos en Omán, Bahrein, Macao o las Marianas; y ya ni pensar en las Fiji, las Cook o las Solomon. Ni en dólares, ni en activos inmoviliarios, ni en obras de arte. Porque, como afirmó aquel día, sus valores están por encima del tener y poseer.

 
RECUERDA:

 Más vale rico pobre que pobre rico
La riqueza es vecina de la soberbia
No crece el río sólo con agua limpia
Rico es el que nada tiene y nada desea
Paga lo que debes y sabrás lo que tienes
De rico a soberbio no hay un palmo entero
Hartas riquezas tiene quien más no quiere
¿Qué mejor almohada que no saber del mañana?

 Bien predica fray ejemplo sin alborotar el templo

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