Desde
niño me inculcaron con la palabra y con el ejemplo el respeto a los mayores, el
amor a los semejantes y el desapego al dinero. En la Universidad entendí y
decidí lo que deseaba que mi vida fuera: educar, formar y preparar a los
jóvenes que buscaban acceder a los estudios universitarios, entregándoles lo
mejor que en mí había. Cuando cumplía con la obligación del servicio militar,
un día, en los tediosos de la canícula en un campamento militar en El Ferral,
en León, en una clase teórica, un teniente jovencito sostuvo que ni él ni ningún
militar, lo mismo que profesor alguno llegarían jamás a ser ricos, entendiendo
la palabra en el sentido crematístico; sin embargo, poseerían la satisfacción
de haber entregado lo mejor de sí a quienes con ellos se hubieran formado. Me
agradaba aquella persona por su comprensión hacia los reclutas y por lo
consecuente que era en su actuación respecto a sus ideas; mas a partir de ese día
sentí admiración por él, y, aunque no he vuelto a saber nada de su vida y ni siquiera
recuerde su nombre, lo he sentido siempre muy cercano pues sus ideas corroboraban las mías. Y, supongo que, como
yo, se entregaría de lleno a su tarea. Y, por tanto, pienso que, como yo,
tampoco él se ha preocupado jamás de aspectos materiales más que los necesarios
para satisfacer las necesidades familiares; que nunca ha evadido capitales en
paraísos fiscales del Caribe, ni en Bermudas, ni en Caimán ni en las Vírgenes,
ni en Panamá, ni en la Dominica o en Granada; ni siquiera en Mónaco,
Lienchtenstein o Gibraltar; y mucho menos en Omán, Bahrein, Macao o las
Marianas; y ya ni pensar en las Fiji, las Cook o las Solomon. Ni en dólares, ni
en activos inmoviliarios, ni en obras de arte. Porque, como afirmó aquel día,
sus valores están por encima del tener y poseer.
La riqueza es vecina de la soberbia
No crece el río sólo con agua limpia
Rico es el que nada tiene y nada desea
Paga lo que debes y sabrás lo que tienes
De rico a soberbio no hay un palmo entero
Hartas riquezas tiene quien más no quiere
¿Qué mejor almohada que no saber del mañana?
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