domingo, 7 de mayo de 2017

Apostillas al refranero. Juan Álvarez Gato


         Intentaré dar respuesta a la pregunta que me ha llegado respecto a Juan Álvarez Gato. Fue un madrileño del siglo XV, hijo de judíos conversos, cuya data exacta de nacimiento se ignora. Entró al servicio de Enrique IV y se movió como poeta en torno al favorito don Beltrán de la Cueva. Posteriormente se puso en Segovia al servicio de la familia Arias Dávila. El atentado urdido por el Marqués de Villena contra el patriarca de esta familia con la aquiescencia del monarca indujo a Juan a pasarse al bando del infante don Alfonso y, muerto el joven, a servir a su hermana Isabel. Vencedora Isabel de Castilla contra el rey de Portugal y la Beltraneja en Toro, desempeñó el poeta diversos cargos al servicio de la reina, como ‘contino’, escribano de cámara y mayordomo. Muy satisfecha de sus servicios, lo premiaría con largueza en la ancianidad. La palabra ‘contino’ tiene dos significados muy diferentes: En el reinado de Isabel y Fernando se creó en Castilla la capitanía de ‘continos hombres de armas’, cuyos miembros estaban integrados en las Guardias de Castilla; sus miembros habían de ser hidalgos y habían de demostrar para su ingreso ‘pureza de sangre’, cosa que de ningún modo podía hacer Juan. Los ‘continos’ designaban por otra parte a quienes de manera continuada eran contratados para desempeñar cometidos de tipo administrativo o cortesano, cual es el caso de Álvarez Gato. Como poeta se dio a conocer solo a un reducido, aunque muy selecto círculo de amistades, por lo que a su muerte fue casi olvidado hasta muy entrado el siglo XIX, a pesar de que amén de su propio Cancionero, ciento cuatro de sus composiciones fueron recogidas en el Cancionero General de Hernando del Castillo, poesías amorosas, satíricas y religiosas. En el plano de Texeira de la villa de Madrid de 1556 aparece ya la calle de Juan Álvarez Gato.

RECUERDA:

El que ley establece guardarla debe
Hombre bien agestado, bien mirado
El cura y el que cura no tienen hora segura
El que ama el peligro en el peligro perecerá
Hombre pusilánime ni para sí ni para nadie
Ni pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió
El que ha de reprender procure ser irreprensible
Penas, cenas y malas razones matan a los hombres

 Ratón que no sabe más que un agujero pronto lo atrapa el gato

No hay comentarios:

Publicar un comentario