sábado, 24 de junio de 2017

Apostillas al refranero. Cumple los requisitos


         Me dice alguien: ¿Es que vamos a transformar la Enseñanza en un fraude más de esta España nuestra? No, no la vamos a transformar. Hace ya muchos años que es un fraude, primero por el baile constante de planes y porque desde los años ochenta del siglo pasado muchos planes buscan la igualación degradando. Buscando el ras de los alumnos por abajo, desjarretando, es decir, usando cuchillas que cercenen para que nadie pueda sobresalir. Que alguien sobresaliera supondría molestar a los alumnos molondros, descuidados, apáticos, indolentes, incapaces o simplemente vagos, a quienes podríamos traumatizar severamente, de modo que adaptemos los programas para que todos puedan seguir adelante, disfracemos con eufemismos las calificaciones y demos al final de cada etapa una calificación vergonzante y global que incluya a todos, incluso a los ineptos. Sí, a esto venimos jugando hace ya mucho y cada vez el retroceso es mayor y la consideración de la enseñanza española es peor en los medios internacionales. Y continuaremos retrocediendo en tanto las familias padezcan el mal de la titulitis y no seamos capaces de entender que si deseamos una enseñanza de calidad es necesaria la igualación, sí; pero igualando en altura, engrandeciendo, sublimando, con planes de estudio exigentes, calificaciones equitativas, exactas, reales, para que puedan hacer justicia a la capacidad intelectual y al trabajo que cada discente haya desarrollado. Desgraciadamente, nuestros políticos han tumbado por futesas la Lomce, popularmente conocida como Ley Wert la única ley meditada, equitativa y realmente progresista en muchos años, que  premiaba la excelencia con controles adecuados al final de cada etapa, frente a las memeces formulistas como “cumple los requisitos” que no son sino la capa vergonzante que ocultará de modo artero la realidad. No cabe duda: Como reza el dicho popular, en España, hecha la ley, hecha la trampa. Ya trataremos de otros aspectos.

(Dedicado a mi sobrina María, por su trabajo y esfuerzo)

RECUERDA:

El molino, andando gana
El perezoso vivirá deseoso
Pereza nunca hizo nobleza
El que más duerme menos vive
El último mono es el que se ahoga
Hombre parado no piensa en bueno, sino en malo
Por la calle del luego irás a la plaza del nunca jamás

 No voy a misa porque estoy cojo; y a la taberna, poquito a poco

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