El último año de la década de los
setenta del siglo pasado me tocó la (mala) suerte de ser nombrado miembro de un
Tribunal de Oposiciones a Agregados de Bachillerato en Andalucía, con sede en
la ciudad de Málaga, en la que hube de permanecer desde el uno hasta el treinta
y uno de julio. ¡Una bicoca! Allí advertí una tendencia común a la mayoría de
los opositores: la de alargar las palabras. De modo que eran muy pocos los que
sustantivaban o adjetivaban: por lo común sustantivizaban y
adjetivizaban. Esa tendencia allí descubierta la he observado después
corregida y aumentada tanto en el uso oral como en el escrito y en todos los ámbitos,
sobre todo en la prensa. Me he encontrado marginalización por
marginación, polemicidad por polémica, comunicatividad por
comunicación, miserabilidad por miseria. Verbos como rechazar son
transformados en inadmitir; autorizar en dar a luz; frenar en desincentivar;
agilizar en dinamizar; citar en referenciar; resolver en solventar.
He observado también el aumento del pleonasmo: a los consabidos subir
arriba, bajar abajo, entrar dentro, salir fuera habría que añadir el convivir
juntos, el tener hijos en común, la persona humana, las imágenes
gráficas, los orificios abiertos o la belleza estética. Como
escribo esta apostilla el siete de julio, san Fermín, por la tarde, ya me he
enterado de que algunos corredores sufrieron heridas por asta de toro,
vamos, que fueron corneados porque las calles estaban resbaladizas ya que habían
caído precipitaciones en forma de granizo, es decir, que había granizado. Y
para no aburrir, termino con ese nuevo giro prepositivo de cara a,
divulgado por nuestros hombres y nuestras mujeres del tiempo: De cara a la
tarde caerán chuzos de punta. ¿No caerían mejor los chuzos de punta ‘por la
tarde’? Pero si es que en ocasiones no es necesaria ni preposición: De cara a
mañana se esperan nubes…; simplemente: ‘mañana’. ¡Ni que cobraran por el número
de palabras utilizadas!
RECUERDA:
Ni tanto ni tan calvo
El buen traje encubre el mal linaje
No hay ruin que no se tenga por bueno
Unos crían la fama y otros cardan la lana
Si no miran a la vieja, miran a lo que
lleva
Lozoya lleva el agua y Jarama tiene la
fama
Duero tiene la fama y Pisuerga lleva el
agua
A cuenta de gitanos roban muchos
castellanos
Todo lo ajeno parece bien, sino hombre
ajeno sobre la propia mujer
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