domingo, 6 de agosto de 2017

Apostillas al refranero. Hijas de la Revolución


         Existe en EE.UU. una asociación de mujeres fundada en 1890 por descendientes de quienes lucharon por la independencia de las colonias, que tiene hoy en día allá por ciento ochenta y cinco mil miembros, conocida como Daughters of the American Revolution (DAR), Hijas de la Revolución Americana, cuyo objetivo es promover el patriotismo, la educación y el conocimiento histórico de la contribución a la independencia de las colonias americanas. La ayuda española había sido sistemáticamente ocultada para que diera la impresión de que toda ayuda europea había llegado exclusivamente de Francia. Investigaciones, sin embargo, como las de Javier Marichal y documentos hallados por las DAR han demostrado que ya en 1780 en una real cédula del 17 de agosto, el rey español Carlos III requería a todos sus vasallos libres de América a que contribuyeran por una vez y en calidad de donativo a sostener los gastos de la guerra contra Gran Bretaña: un peso los nativos y dos pesos los españoles. Aunque el donativo fuera voluntario, un buen vasallo, por su lealtad, debía sentirse obligado. Pues bien, los ciudadanos de Nueva España (Nuevo México, Arizona, Flordia, Texas) entregaron al entonces virrey entre 1781 y 1784,  843474 pesos, a los que habría que añadir el millón seiscientos y pico mil de los comerciantes acaudalados en 1781, y los dos millones aportados por el Tribunal de Minas y el medio millón largo del Monopolio de Tabaco, cantidades con que se costearon las exitosas campañas de Bernardo de Gálvez para recuperar Florida y consolidar el dominio de Louisiana, y que sirvieron también para pagar a las tropas francesas que lucharon junto a George Washington en Yorktown y a la flota del almirante De Grasse en el bloqueo de la salida al mar del marqués de Cornwallis.

RECUERDA:

Lo prometido es deuda
Quien no fía no es de fiar
Ruego de rey, mandato es
Ruego y derecho hacen el hecho
Por tu ley, por tu rey y por tu honor
No es más grande el que más abulta
El que fía o promete, en deuda se mete
Ruego de grande, fuerza es que te hace

 No ha de faltar rey que nos mande ni papa que nos excomulgue

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