En
la provincia de Murcia se halla la población de Caravaca, cuyo núcleo se concentra en torno al castillo, que
perteneció a la orden de los Templarios y más tarde a la de Santiago. El lugar
es famoso porque, según una antigua tradición reconocida por la Iglesia, en el
santuario de la Santa Cruz del Castillo se conserva el más grande de los lignum crucis existentes: un fragmento
de madera de aproximadamente veinte centímetros de altura con doble travesaño.
Está cubierto por un engaste de oro en forma de caja, que a su vez se halla
encerrado en una caja de plata. La tradición refiere que el día 3 de mayo de
1231, el sacerdote Ginés Pérez Chirinos suscitó la curiosidad de Abú Zeit, jefe almohade de Valencia
cuando lo interrogó acerca de su profesión y el sacerdote le contestó que era decir misa. El almohade le pidió una
demostración y el cristiano respondió que no podía hacerlo porque necesitaba
una cruz. En ese momento, surgieron dos ángeles portadores de una cruz que
depositaron sobre una mesa para que sobre ella se celebrara la Eucaristía. A la
vista del prodigio, Abú Zeit se convierte al cristianismo con gran parte del
séquito presente. La reliquia se guarda en Caravaca desde el siglo XIII, así
que al nombre del lugar se le añadió el apellido de la Cruz: Caravaca de la Cruz, centro de
pregrinaciones, de modo especial en los años jubilares. Cada 3 de mayo, se
celebra la fiesta en la que, además de una serie de actos religiosos, sorprende
una espectacular carrera de caballos que suben riquísimamente enjaezados al
castillo en el espectáculo conocido como Los
caballos del vino. Una de las dos veces que he visitado Caravaca de la
Cruz, tuve la suerte de comer en una especie de museo-restaurante donde en una
serie de vitrinas se hacía gala de los jaeces ganadores de la carrera en
distintos años, de modo que el tiempo que pasamos en el restaurante fue una
alegría doble, pues no sólo gustamos sabrosos platos de la cocina murciana, que
satisficieron el hambre de perros callejeros que llevábamos sino que también la
vista disfrutó del espectáculo de los arneses expuestos.
RECUERDA:
Carne vieja hace buen caldo
Carne de pluma quita arruga
Olla llena, hambriento espera
La olla cogolluda, al costal ayuda
El comer y el rascar todo es empezar
Rascar y comer comienzo han menester
La comida caliente y la escudilla reciente
Olla reposada no la hay en todas las casas
A moro megro, capirote colorado
Moro: morcilla Capirote:
vino tinto
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