Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no
olvides la enseñanza de tu madre; pues serán hermosa corona en tu cabeza y gargantilla
en tu cuello. Hijo mío, si los pecadores intentan camelarte, no aceptes. No sigas,
hijo mío, su camino, aleja tus pasos de su senda.
La
sabiduría penetrará en tu mente y el saber se te hará atractivo; la reflexión
cuidará de ti y la prudencia te protegerá, para apartarte del mal camino, del
hombre que habla con engaños, de los que abandonan el sendero recto para ir por
caminos tortuosos, de los que disfrutan haciendo el mal y gozan con la perversión,
de los que van por senderos torcidos y caminos extraviados.
No
envidies a los malvados, ni desees estar con ellos, porque su corazón trama violencias
y sus labios hablan de desgracias.
Tal para cual
Cada cual ama a
su igual
Perdido es quien
tras perdido anda
Quien con un cojo
pasea al año cojea
Más vale solo que
con ruin compañero
Quien con lobos
anda a aullar aprende
Ruin con ruin,
que así se casan en Dueñas
Nunca falta un
perdido para un mal hallado
No han ningún necio
que no encuentre su compañero
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