miércoles, 30 de julio de 2014

Apostillas al refranero. Cortejar

            En el Libro de Buen Amor, cansado el enamoradizo Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, de no comerse ni una rosca, después de una trifulca con don Amor, recibe del dios una serie de consejos para poder conseguir sus propósitos: Debe elegir una mujer cual conviene, ha de procurarse una alcahueta que le allane el camino, debe ser desprendido, no ha de mostrar pereza, ha de cortejarla y requebrarla con asiduidad, tiene que ser limpio, cuidadoso y elegante, se abstendrá de la embriaguez... Al mismo tiempo ilustra los consejos con sendas historietas a cual más sabrosa, de modo que leer esta parte de la obra es una auténtica delicia. Doña Venus, esposa de don Amor, termina de aconsejar al arcipreste y, claro, los éxitos comienzan de manera inmediata con la caza de la primera pieza, la hermosísima bilbilitana doña Endrina, hija de doña Rama.
            También del refranero podría extraerse una especie de ars amandi, menos poético, pero tan práctico como el de Juan Ruiz o el de Ovidio.
 
RECUERDA:
 La mujer rogada y la olla reposada
No me toques, que no soy guitarra
Por las faldas se sube a las montañas
Obras son amores y no buenas razones
El reloj y el garzón siempre han de dar
Ni amor ni señoría requieren compañía
La doncella y el garzón para en uno son
 
A la moza loca anden las manos y calle la boca

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