Son
los refranes sentencias de carácter didáctico-moral transmitidas de generación
en generación. Nacidos para propagar conocimientos basados en experiencias en
sociedades completamente analfabetas, generalmente son muy breves, aunque de
gran fuerza expresiva. Suelen constar de dos partes: en la primera se ofrece
una situación, mientras en la segunda se extrae la consecuencia didáctica o
moral. La ausencia de verbo en muchos de ellos crea frases nominales que les dan
un carácter sentencioso, atemporal. Para aprenderlos con facilidad, retenerlos
a perpetuidad y transmitirlos sin dificultad, las dos partes suelen constar de parejo
número de sílabas y riman en asonante, formando un pareado. De ese modo se
divulgaban experiencias útiles acerca de la meteorología, la agricultura, la labranza,
la ganadería o cualquier otra parcela de la vida cotidiana. En los medios
rurales se fomentaba su aprendizaje, sobre todo en las veladas de la noche en
torno al fuego de la chimenea, pero también por medio de concursos,
especialmente en las fiestas. Constituían las antiguas enciclopedias del saber popular.
RECUERDA:
Siembra en
polvo, no en lodo
La tierra
morena buen pan lleva
Tierra en
frontera y viña en ladera
San Julián
guarda vino y guarda pan
San Clemente,
alza la mano de la simiente
Por san Simón
y san Judas, recogidas son las uvas
La tierra y la
hembra, quien no la ara no la siembra
Siembra
temprano y poda tardío: cogerás pan y vino
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