En el siglo XX se introdujeron en la
lengua española dos cultismos de origen griego que son homófonos y homógrafos,
es decir, suenan exactamente igual y se escriben del mismo modo, pero cuyos
orígenes etimológicos divergen completamente; por eso, poseen significaciones totalmente
diferentes. Son los dos términos ‘escatología’.
El primer ‘escatología’, según el
diccionario RAE, procede del griego esgatos, que significa ‘último’ y logia, ’estudio’,
‘ciencia’ y que estaría constituido por el conjunto de creencias o doctrinas
referentes a la vida de ultratumba y formaría parte de la Teología. El segundo ‘escatología’, tendría su origen en el griego skwr, ’excremento’ y
logia, ‘estudio’.
Cabrían para esta escatología dos acepciones: la primera sería una acepción
científica, a la que nuestros investigadores y médicos han dado el nombre de
‘coprología’, que es el estudio de los excrementos sólidos con diversos fines
investigadores y clínicos. La segunda acepción, menos seria y más chocarrera estaría
constituida por el uso de expresiones, imágenes y temas livianos, humorísticos e
incluso soeces relacionados con los excrementos, tema que posee extensa
tradición verbal en el pueblo español, tradición a que no son ajenos muchos de
nuestros literatos, incluso los más grandes, aunque el neologismo aún no
hubiera entrado en nuestra lengua en la época en que buena parte de tales escritores
hizo uso de semejantes ardides, mañas y herramientas.
Tortijones a menudo,
mensajeros son del culo
Caga el rey y caga
el papa y sin cagar nadie se escapa
Andando por esas
matas enseñé a mi culo a malas mañas
Ir a mear y no
tirar un pedo es ir a una boda sin tamborilero
Quien mea y no
pea es como quien va a la corte y no ve al rey
Aunque soy viejo
y cansado, tres cosas bien hago: cuando me acuesto, meo; a media noche peo; y a
la mañana cago.
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