viernes, 6 de noviembre de 2015

Apostillas al refranero. Perfidia


            Fue Viriato un pastor lusitano que, cuando el pretor romano Galba se dedicó allá por el año 150 antes de Cristo a saquear todo lo que encontró de exprimible en los bienes de los lusitanos, a perseguirlos y a asesinarlos, puso pies en polvorosa y se convirtió en caudillo de la resistencia contra los expoliadores transalpinos. Cercado por Cayo Vetilio, disuadió a los suyos del propósito de capitular, ordenó que se dispersaran en grupos pequeños y, con los más aguerridos rompió el cerco, arrastró tras sí a los romanos de los que fingió huir para esperarlos emboscado cerca de Ronda, donde les infligió una derrota que costó la vida al propio Cayo. Esto lo hacía dueño por algún tiempo de la Hispania Ulteriror, mas, decidido a proseguir la lucha, pasó a la Hispania Citerior donde, tras derrotar nuevamente a los soldados de Roma, se hizo fuerte en zonas carpetanas cercanas al Tajo y el Guadarrama, e incluso tomó Segóbriga. El cónsul Fabio Máximo Emiliano lo derrotó en campo abierto y hubo de retirarse hacia el sur. No obstante, aprovechando que las legiones romanas se hallaban ocupadas tratando de someter a los numantinos, atacó la Lusitania, donde derrotó en el año 140 al cónsul Serviliano, con quien firmó un acuerdo aceptado por Roma, por el que Viriato era reconocido como caudillo del pueblo lusitano, a cambio de que depusiera las armas. Un nuevo cónsul, Cepión, decidió acabar con toda amenaza de resistencia. Tratando Viriato de buscar un nuevo acuerdo, pues tantos años de lucha habían debilitado a sus guerrilleros, envió a negociar a tres de sus jefes, cuyos nombres silenciaré, aunque los conozco desde muy niño, por viles e infames, que se dejaron sobornar, y al regreso asesinaron a Viriato. Cuando acudieron a cobrar lo estipulado, ‘Roma no paga a traidores’, fue la respuesta que  encontraron.

 RECUERDA:

 Quien más tiene más puede
El dinero hace lo malo bueno
El dinero hace al necio caballero
No hay cerradura si es de oro la ganzúa
Para que anden los carros hay que untarlos
Más ablanda dinero que promesa de caballero
El martillo de plata rompe las puertas de hierro
Trae la bolsa abierta y de ella saldrá la sentencia
Mal anda el tiempo, cuando lo que se puede alcanzar por Justicia se alcanza por dinero

 El que compra y miente en su bolsa lo siente

No hay comentarios:

Publicar un comentario