Desconozco el nombre
del autor de este texto, pero me
gusta y lo transcribo: Dichosos los
que se empobrecen por invertir y crear puestos de trabajo, porque acumulan
acciones del Reino. Dichosos los que
renuncian a un pluriempleo que no necesitan para vivir dignamente, porque
tienen un puesto asegurado en el Reino. Dichosos
los funcionarios públicos que trabajan como si de trabajar para sí mismos se
tratara y agilizan los trámites y estudian seriamente los problemas, porque su
trabajo será considerado como santidad. Dichosos
los profesionales que no se oponen a las reformas justas de su ejercicio
profesional, porque vale más quedar a bien con Dios que con los colegas. Dichosos los obreros y empleados que
prefieren puestos de trabajo para todos antes que sus propias horas extra o
subidas adicionales, porque saben dónde está su beneficio. Dichosos los banqueros, intermediarios y comerciantes que no se
aprovechan de situaciones difíciles para aumentar sus ganancias, porque prestan
un gran servicio a la paz. Dichosos los
políticos y sindicalistas que se esfuerzan en buscar soluciones reales al paro,
por encima de estrategias o intereses de partido, porque aceleran la venida del
Reino. Dichosos seremos todos,
cuando dejemos de decir: “Si yo no me aprovecho, otro se aprovechará”;
cuando dejemos de pensar: “Si todos lo hacen, no será tan malo”; cuando
dejemos de razonar: “No faltando a la ley, puedo hacer lo que quiera”,
porque entonces la vida en sociedad será anticipo de la felicidad del Reino.
RECUERDA:
La pobreza es escalera del cielo para el bueno
Necesidad manifestada, necesidad remediada
No hay virtud y nobleza que no abata la pobreza
La pobreza no quita la virtud ni la pone la riqueza
No hay virtud ninguna que necesidad de miseria no la consuma
El hombre pobre todo es proyectos, a veces malos, a veces buenos
Pobreza, escalera de del infierno para el que de virtud anda enfermo
Si tienes dinero que te sobre y no tienes caridad, eres pobre de
solemnidad
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