Es la jitanjáfora una
broma del lenguaje que consiste en una creación caprichosa de sonidos que no
significa nada, y cuyo valor estético se basa únicamente en la sonoridad. La
más antigua registrada pertenece al poeta del siglo XVII Rodrigo Caro: Sal,
salero, Sarabuca de rabo de cuca de acucandar. El diplomático, escritor,
filólogo y crítico mejicano Alfonso Reyes dio a este tipo de expresiones el nombre de jitanjáfora,
tomándolo de una escrita por el poeta cubano Mariano Brull: Filiflama alabe
cundre / ala olalúnea alífera / alveolea jitanjáfora / liris salumba salífera.
En los inicios del siglo XX, ultraísmo, dadaísmo y surrealismo las utilizaron
con extraordinaria frecuencia. Rafael Alberti llena de jitanjáforas el
poema dedicado al inquietante pintor que es El Bosco, en que un diablo
siebre, notiebre, sipilipitiebre, mandrica y pilindrica, rabudo y cornipelambrudo,
mosquiconejea, peditrompetea por un embudo. Los compositores de zarzuela
escriben auténticas jitanjáforas para que los letristas se adapten al
ritmo de la música y adecuen los textos que escriben al ritmo musical. De una
de esas jitanjáforas procede la palabra suripanta, que en principio significó ‘corista’
y luego, por extensión ‘mujer casquivana’, ‘meretriz’. Debió suceder así: En un
estribillo de la zarzuela El joven Telémaco, el compositor escribió: Suripanta,
la suripanta / maqui trunqui da somatén. / Sun fáribum, sum fariben / maca trúpitem
sangasinem. Por la razón que fuera, el letrista no llegó a tiempo de
ponerla en el idioma inteligible y el coro cantó el estribillo tal como lo dejó
el compositor de la música, con un éxito tal que se venía abajo el teatro de
aplausos. Tan famosa se hizo la suripanta, que don Juan Valera la
propuso para introducirla en el Diccionario y lo consiguió. El coro de las
Ketchup en una canción titulada Aserejé hizo también una auténtica
jitanjáfora: Aserejé ja de jé. De jebe tu de jebere seibiunouva, / majavi au de
bugui au de buididipi. No he
encontrado jitanjáforas en los refranes, aunque sí contrastes tan
marcados que suspenden el juicio.
RECUERDA:
Madre acuciosa, hija vagarosa
Prenda que come, nadie la tome
A padre guardador, hijo gastador
Ni blanco que admire ni negro que tizne
Quien tiene ganas de bailar sin son bailará
Pleito y orinal llevan al hombre al hospital
En casa de tu enemigo, la mujer ten por amigo
En casa de tu enemigo, la mujer ten por amigo
Al comer y al cagar se debe el hombre espaciar
A las veces, do cazar pensamos, cazados quedamos
Si buena cuchillada me dio, buena pedrada di a su perro
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