El escritor italiano Carlo Lorenzini, más conocido como Carlo Collodi, creó un personaje delicioso en Pinocho, el muñeco de madera, tallado por papá Gepetto, que se transforma en un niño perezoso, despreocupado, pícaro y embustero, cuyos defectos han de ser corregidos poco a poco. Cuando mentía, ¿recordáis?, la nariz le crecía en proporción directa a la magnitud del embuste, así que se ve obligado a corregir de modo inmediato.
RECUERDA:
Quien miente presto se arrepiente. Mentir no es deshonra, pero sí palabra de ruin persona, y además vicio aborrecible ya que puede el hombre guardarse de un ladrón, mas del mentiroso, no. Cierto es que la mentira no tiene pies, por lo que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Aunque, ¡cuidado! juras de quien busca mujer, no has de creer. De todos modos, hay quien asegura: Las truchas y las mentiras, cuanto mayores, mejores.
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