A la muerte del rey de Aragón Alfonso I 'El Batallador' le sucedió su hermano Ramiro II, 'El Monje', llamado así por haber sido destinado a la vida religiosa y por haber profesado. Fue coronado Ramiro en Jaca, hecho que le acarreó enemistades con otros aspirantes al trono y, sobre todo, con la nobleza aragonesa, levantisca y rebelde, a la que hubo de someter por las bravas. Según la tradición, al recuperar sus estados envió un emisario a la abadía donde se había formado para saber qué debía hacer, dada su situación. Cuando el emisario regresó, contó al rey que el abad no había dicho nada, que solamente lo había visto salir al jardín y cortar con unas tijeras de podar las rosas que en las matas de rosales sobresalían. Habiendo comprendido el mensaje, Ramiro prometió hacer tañer una campana cuyo sonido se oiría en el mundo entero. En efecto, decapitó a los más destacados nobles rebeldes y, colgó sus cabezas de la campana mayor de la catedral de Huesca, como advertencia al resto de los nobles. ¿No habías oído nunca el sonido de esa campana? ¿La oyes sonar en este instante?
RECUERDA:
Quien pregunta saber quiere
Quien más sabe mayores dudas tiene
Oír, ver y callar es la conducta del sabio
Envía al sabio la embajada y no le digas nada
No creas nada de lo que oyes y solo la mitad de lo que ves
Vale al sabio para no dejar de serlo no creer nada de ligero
Quien mucho come, mucho bebe; quien mucho bebe poco duerme; quien mucho duerme poco lee; quien poco lee, poco sabe, y quien poco sabe, poco vale.
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