martes, 2 de septiembre de 2014

Apostillas al refranero. Adecuación

            Aunque no se ha conservado ninguna obra suya, el pintor Apeles gozó en el mundo clásico griego de extraordinaria fama no solo por sus cuadros, descritos algunos en obras literarias, sino también porque hizo un tratado de arte cuyos cánones fueron modelo para artistas del Renacimiento. Cuenta el historiador Plinio el Viejo que Apeles solía exponer sus cuadros en la plaza para poder escuchar las opiniones de sus contemporáneos y que en una ocasión en que había retratado a un personaje importante en la vida de la ciudad, un zapatero se detuvo e hizo una crítica acerca de la forma que había dado a una de las sandalias del retratado. Con humildad, el pintor acató la observación, se llevó el cuadro al taller, rectificó el error y de nuevo lo ofreció a la consideración pública. Cuando el zapatero volvió a pasar por el lugar, dándose cuenta de la corrección, muy ufano por el éxito que había obtenido, extendió sus críticas a otros aspectos de la pintura, críticas que se hallaban fuera de toda sensatez, así que Apeles irónicamente exclamó: ¡Zapatero, a tus zapatos!
 
RECUERDA:
 
Lo bien hecho bien parece
Dios aprieta, pero no ahoga
Dios da frío conforme a la ropa
Pon la capa como viniere el viento
Lo poco agrada y lo mucho enfada
Ni médico novel ni confesor doncel
No es bueno lo que no viene a su tiempo
Cada cosa a su tiempo, y los nabos en Adviento
La ensalada, salada, bien aceitada y poco avinagrada
Procura lo mejor, espera lo peor y toma lo que viniere
 
 Con solo rocíos no crecen los ríos


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