Dicen que la oportunidad tiene los
cabellos muy largos y echados hacia adelante, hacia la frente, de modo que es
necesario estar muy atento a su paso para asirse cuando conviene a su abundosa
cabellera, porque una vez ha pasado, ya no vuelve. En esta patria nuestra
todavía llamada España donde la iniquidad, la bellaquería, la corrupción, el
encanallamiento y la truhanería se cuentan por centenares, pandillas de
granujas, bergantes, golfos, bribones, tunantes, pelafustanes y sabandijas se
han encaramado a las azoteas para no dejar pasar la ocasión, y todos los días
recibimos noticias de corruptelas, raterías, apandamientos, despojos, saqueos,
escamoteos y granujadas, servidos en los medios de comunicación, sin que un
fuego purificador haya surgido de nosotros mismos para limpiarlos y también para
acabar hasta con las más pequeñas corruptelas. ¿Y sabéis por qué? Porque todos contribuimos de un modo u otro a
mantener esta situación, por más que farisaicamente la critiquemos, y
contribuimos a ella aunque no sea más que con el escamoteo del IVA en la factura del
albañil, o en la chapuza del fontanero en paro que, evidentemente no nos hace
factura y cobra el subsidio de paro, o en el servicio de la asistenta (quien la
tuviere) a la que nunca hemos dado de alta en la seguridad social. Y quien
estuviere libre de pecado, ya sabe lo que ha de hacer. Y además le pido perdón.
RECUERDA:
La ocasión hace al ladrón
En arca abierta el justo peca
No hay mejor bocado que el hurtado
No habría putas si no hubiera alcahuetas
No hay linaje sin putas ni muladar
sin pulgas
Si es enemigo de la novia, ¿dirá
bien de la boda?
El malo para mal hacer, achaques
no ha menester
En todas partes cuecen habas y en
mi casa a calderadas
Sacristán que vende cera y no tiene
colmenar, rapaverunt del altar
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