Salamanca, al igual que otras
ciudades, hubo de padecer en épocas de debilidad de la monarquía
castellano-leonesa luchas banderizas protagonizadas por facciones nobiliarias que
buscaban sacar máximo provecho de la situación. Saliendo de la plaza Mayor por
la zona de la Iglesia de san Martín, ya a espaldas del templo, existe una
plaza conocida popularmente por la del
Corrillo, cuyo nombre es en realidad plaza del Corrillo de la Hierba, ya que en
el siglo XV los bandos enemigos ocupaban partes opuestas de la plaza, y no
pasaban jamás a la contraria, ni se acercaban a ella por el riesgo de morir en
el intento, de modo que había una zona donde la hierba, al no ser pisada,
crecía libremente. No lejos de allí, en la plaza de los Bandos, cuyo nombre
alude a esas banderías nobiliarias, hay un palacio renacentista llamado
popularmente la casa de doña María la Brava, adalid de una de las facciones,
mujer protagonista de una leyenda de coraje, odio y venganza. Se cuenta que,
tras una disputa entre las familias Enríquez y Manzano, estos mataron a dos
chiquillos de corta edad, hijos de doña María Enríquez. Conocido el hecho, sin elevar un
lamento, sin derramar una lágrima, reunió la dama a los suyos, los arengó,
montó a caballo y se dirigió a Portugal, hacia donde habían huido los asesinos
para escapar de las rigurosas leyes castellanas. Llegados los perseguidores a
la frontera, espoleados por la decidida mujer, en lugar de detenerse y volver
siguieron la persecución hasta que alcanzaron a sus enemigos que dormían a la
sombra de los robles de la ribera del río Coa, pensando que sus perseguidores
no se atreverían a entrar en tierras lusas. En un quítame allá esas pajas, los degollaron, les cortaron las cabezas, las
pusieron como estandartes en las puntas de sus picas, regresaron a Salamanca y doña
María colocó el macabro trofeo como ofrenda ante las tumbas de sus hijos.
Muerto el perro,
se acabó la rabia
Los muertos abren
los ojos a los vivos
Un buen morir da
honor a vida entera
Muerta es la abeja
que antes daba la miel y la cera
Quien da lo suyo
antes de morir prepárese a sufrir
Si quieres hacer
buen testamento, hazlo estando bueno
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